Hot Air 22/04/2020
La última vez que chequeamos qué sucedía con Steve Donziger, el exabogado detrás del fallido fraude contra Chevron, las cosas no le estaban yendo muy bien. Tras desobedecer la orden de un juez para que dejara de beneficiarse de su intento fraudulento de sacarle a Chevron miles de millones de dólares, fue finalmente sentenciado a arresto domiciliario por desacato a la corte. También falló en pagarle a Chevron lo que la corte le había ordenado, lo cual le generó fuertes multas que se acumulan en su contra. Esa situación se ha mantenido durante los últimos ocho meses.
Pero ahora, en un reciente esfuerzo de relaciones públicas, Donziger ha encontrado un nuevo grupo de amigos para que hablen en su nombre. Unos treinta ganadores del Premio Nobel han redactado una carta abierta en la que piden su liberación del arresto domiciliario y lo alaban como si fuera un héroe por su innovadora defensa o algo así. (Artículo de Courthouse News)
El jueves por la mañana, 30 galardonados con el premio Nobel se aunaron en una carta abierta que elogia a Steven Donziger como héroe, y víctima, de un extenso litigio contra el gigante petrolero Chevron.
«El activismo ambiental en muchos países provoca muertes», dice la petición de los ganadores del premio. «La estrategia de Chevron es la muerte lenta a través de la manipulación de un sistema legal que ha logrado doblegar a su favor. Su objetivo es intimidar y quitarle poder a las víctimas de su contaminación y a un abogado que ha trabajado durante décadas en su nombre».
Esta mañana, desde su apartamento en el Upper East Side, Donziger anunció su nuevo apoyo por Zoom, que se ha convertido en el software de videoconferencia de la pandemia por el coronavirus.
«Creo que mi detención preventiva, sin precedentes históricos para un abogado y en la que ya llevo 255 días, está íntimamente relacionada con mi defensa efectiva y exitosa de estas comunidades», dijo.
Cómo Donziger se las arregló para reunir a estos ganadores del Premio Nobel para abogar por su caso, es un misterio. Una corte tras otra ha dictaminado que lo que intentó en Ecuador fue un completo y total fraude, con un juez corrupto que inventó «pruebas» de toda índole para crear el caso contra Chevron. Todos los involucrados aguardaban con las manos extendidas su tajada del acuerdo de casi diez mil millones de dólares que esperaban recibir de la compañía petrolera. Donziger incluso estaba vendiendo participaciones del esperado botín para cubrir todos los costos legales que tuvo que pagar para lograr su cometido. Esas personas y oficinas han cedido su parte del premio... a Chevron.
Este mes, Donziger afirma que está haciendo frente a «represalias» por su autoproclamada «defensa efectiva y exitosa de estas comunidades». Eso es gracioso ya que las únicas personas por las que abogaba eran sus accionistas y él mismo. Y ninguna de estas cuestiones aborda el hecho de que fue la petrolera estatal de Ecuador la que continuó contaminando la tierra mucho después de que Texaco (que luego fue comprada por Chevron) se retirara y fuera legalmente liberada tras remediar los sitios donde había perforado.
Para ser justos con ambas partes, hay un elemento de esta saga jurídica en curso que es al menos inusual, si aún es legal. Cuando el juez Lewis Kaplan estaba acusando a Donziger de no cumplir con las órdenes de la corte, trasladó la cuestión a los fiscales federales de la oficina del Fiscal General de los Estados Unidos en Manhattan. Por alguna razón, se negaron a procesarlo por los cargos de desacato, así que Kaplan tomó cartas en el asunto y redactó los cargos él mismo. Pero eso solo se refería a los cargos por desacato a la corte, no a las cuestiones más importantes del juicio fraudulento.
Donziger ha sido inhabilitado en todas las jurisdicciones donde alguna vez tuvo licencia para ejercer como abogado. Su fraudulento esquema ha quedado expuesto ante el mundo. Pero de alguna manera hay una colección internacional de ganadores del Premio Nobel que se han unido a su causa. Al leer algunas de sus declaraciones, las razones comienzan a ser claras: son defensores del medio ambiente que odian a Chevron por estar en la industria del petróleo y el gas. Mencionan a Chevron mucho más a menudo que a Donziger; y no quieren ver a un gigante del combustible fósil como Chevron salir victorioso.
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