Forbes 16/08/2016
Profesor de Derecho, escribe sobre Responsabilidad Civil, Ética Legal y Política Exterior
Aquellos que por ideología están convencidos de que las grandes corporaciones devastan el planeta, creen que Chevron (a través de su predecesora Texaco) destruyó grandes zonas del principal atractivo de Ecuador. ¿Acaso importa si Texaco fue sólo un accionista minoritario en un proyecto de desarrollo de petróleo que en realidad fue controlado por el gobierno ecuatoriano? ¿Acaso importa que cuando la empresa del gobierno ecuatoriano deseó hacerse cargo del proyecto en su totalidad, aceptó que Texaco remediaría el daño ambiental que había causado y que la empresa estatal petrolera ecuatoriana seguiría siendo responsable del sitio en el futuro? ¿Acaso importa que la empresa ecuatoriana posteriormente depredara la zona causando un gran perjuicio a los habitantes de la zona? ¿Qué importa todo esto, cuando hay dinero que se puede sacar de una acaudalada empresa estadounidense que nunca puso un pie en el Ecuador? Un falso testimonio por aquí, un enorme soborno a un juez por allá, y ¡voila!, una sentencia por 9.500 millones de dólares emitida por la Corte Suprema de Justicia de Ecuador en contra de Chevron.
He revisado la historia de este sórdido asunto en varias publicaciones anteriores de Forbes. El mes pasado se dos clavos fueron martillados en el ataúd de los falaces demandantes en este caso. En primer lugar, Ecuador pagó a Chevron más de 100 millones de dólares el mes pasado, luego de un fallo arbitral internacional que dictaminaba que había incumplido su acuerdo de remediación con Chevron. Ecuador amenazó con pagar este monto directamente a los demandantes, quienes habían obtenido una sentencia fraudulenta en el Ecuador contra Chevron, pero es evidente que los asesores jurídicos del país deben haberle dicho a su cliente que tal pago habría sido nulo y no hubiera tenido efecto en relación a su deuda con Chevron. En segundo lugar, el abogado ecuatoriano Pablo Fajardo, quien en 2008 recibió un "Premio al Héroe" de CNN por su trabajo "codo a codo" con el abogado de los desacreditados demandantes, Steven Donziger, en la obtención de la sentencia ecuatoriano en contra de Chevron, fue despedido por el Frente de Defensa de la Amazonía, la organización que habría administrado y controlado el dinero de la sentencia l si éste hubiese sido pagado. Fajardo obviamente fue mucho menos entusiasta de lo que el FDA hubiese deseado en el bloqueo del pago de dicha sentencia arbitral a Chevron. En tercer lugar, y más importante aún, el 7 de setiembre un panel de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de los Estados Unidos, confirmó por unanimidad la sentencia del Juez de Distrito Kaplan, que dictaminó que la sentencia obtenida en contra de Chevron fue producto de soborno, intimidación y fraude. El panel confirmó que Donziger se había visto involucrado en actos de extorsión, lavado de dinero, fraude telegráfico, fraude de transferencias electrónicas de dinero, violaciones a la Ley Contra Prácticas Corruptas en el Extranjero, manipulación de testigos y obstrucción de justicia. El tribunal ratificó la conmiseración del Juez Kaplan para con los ecuatorianos afectados por la contaminación, lo que no le cegó para darse cuenta de la masiva corrupción cometida por Donziger y Fajardo:
La Corte da por sentado que hay contaminación en el Oriente.… [Pero] la inocencia de un acusado no le otorga más derecho que a alguien que sea culpable a presentar pruebas falsas, cooptar y sobornar a un perito designado por la corte, ni a coaccionar o sobornar a un juez o a un jurado. Así que incluso si Donziger y sus clientes tuvieran una causa justa - y el Tribunal no expresa ninguna opinión en ese sentido - no tendrían derecho a corromper el proceso para lograr su meta.... "Los actos ilícitos de Donziger y su equipo jurídico ecuatoriano serían ofensivos para las leyes de cualquier nación que aspire a regirse por el estado de derecho, incluyendo a Ecuador - y ellos sabían esto.
Cada vez que he publicado algo sobre este caso, he sido objeto de virulentos "comentarios" (algunos de los cuales he eliminado del sitio de Forbes por su vulgaridad) que me acusan de ser un lacayo de los intereses corporativos. ¡Qué sandeces! Nunca he recibido un solo centavo de Chevron; mi interés es proteger el Estado de Derecho que un abogado estadounidense ha violado tan notoriamente en su voraz ambición por obtener miles de millones de dólares. Esta decisión unánime del Segundo Circuito (un panel de tres jueces que incluyó a dos jueces afroamericanos designados por presidentes demócratas) es una importante ratificación para aquellos que hemos censurado los abusos de Donziger.
En mayo de 2015, el Subprocurador General de Brasil recomendó a la Corte Suprema de Justicia que la fraudulenta sentencia ecuatoriana no fuese reconocida para su ejecución en ese país. En diciembre de 2015, la Corte Suprema de Gibraltar emitió una sentencia en contra de Amazonia Recovery Ltd., una compañía con sede en Gibraltar creada por Donziger para recibir y distribuir los fondos generados por la fraudulenta sentencia ecuatoriana. La Corte de Gibraltar otorgó a Chevron una indemnización de 28 millones de dólares por daños y perjuicios y emitió una medida cautelar permanente en contra de Amazonia, que impedía que la compañía ayude o apoye de manera alguna el caso en contra de Chevron. La Corte de Apelaciones de los Estados Unidos ahora ha emitido una ratificación de la prohibición de ejecución de la fraudulenta sentencia de 127 páginas que creo prontamente será considerada por los tribunales canadienses en su rechazoa los esfuerzos de Donziger para ejecutar dicha sentencia en ese país.
Cuando Steven Donziger sea inhabilitado por el colegio de abogados y encarcelado, el capítulo final de esta sórdida historia se habrá escrito y el triunfo final del Estado de Derecho sobre la corrupción ecuatoriana podrá celebrarse.
Michael Krauss es Profesor de Derecho en la Escuela de Derecho Antonin Scalia de la Universidad George Mason y un reconocido estudioso del derecho de responsabilidad extracontractual y de la ética jurídica. Consulte su página Web aquí.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí
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