Bloomberg Businessweek 25/09/2014
Uno podría asumir que luego de 21 años de acciones judiciales, todos los sórdidos detalles que rodean al épico caso de Chevron por contaminación petrolera ya habrían sido conocidos. Sin embargo, no es así. El tribunal de tres jueces de una corte de apelaciones en Richmond, Va., el martes pasado sentenció de manera unánime que unos abogados de los demandantes, acusados de fraude en contra de la compañía, deberán revelar el contenido de los documentos que habían sido considerados como confidenciales y que podrían contener nueva información respecto de sus malas prácticas.
La decisión de la corte de apelaciones constituye la última victoria de Chevron (CVX) en su intento por anular la sentencia por 19.000 millones de dólares, impuesta en contra de la compañía en el 2011 por una corte ecuatoriana. La Corte Suprema de este país andino ha confirmado la responsabilidad de Chevron, aunque rebajó el monto de la sentencia a 9.500 millones de dólares, una suma aún muy considerable.
Los demandantes en este caso, miles de campesinos pobres y miembros de grupos indígenas, no pueden ejecutar la sentencia en el Ecuador porque Chevron no tiene activos en ese país y la compañía se niega a pagar. Esto ha hecho que el equipo legal de los demandantes intente ejecutar la sentencia en Canadá, Argentina y Brasil, en donde Chevron tiene activos por miles de millones de dólares.
Como parte de su estrategia para menoscabar la sentencia ecuatoriana, Chevron apunta a la decisión de una corte de distrito de los Estados Unidos en Nueva York. La corte federal determinó que el abogado principal de los demandantes, el neoyorquino Steven Donziger, había convertido a la campaña legal en contra de Chevron en un esquema de extorsión que incluye fabricación de pruebas, informes científicos falsos, intimidación a jueces y sobornos. La corte de los EE.UU. sentenció que Donziger y sus clientes no podrían aprovecharse de su fraudulenta victoria.
Donziger niega cualquier acción indebida y ha apelado la decisión que lo marcó como delincuente. Mientras tanto, Chevron considera que la decisión de la corte de los Estados Unidos debería prohibir la ejecución de la sentencia ecuatoriana en cualquier lugar y para siempre.
En su empeño por encontrar aún más pruebas de las malas prácticas del equipo de Donziger, de manera formal, Chevron solicitó acceso a los documentos y discos duros de las computadoras de dos de los abogados junior de dicho equipo, una pareja de esposos que trabajan en Maryland, Aaron y Daria Page. El martes, un tribunal de la corte de apelaciones de los Estados Unidos para el Cuarto Circuito, que incluye a Maryland, declaró que los esposos Page no podrían alegar el privilegio de confidencialidad abogado-cliente para evitar ser obligados a entregar tal información.
La revelación de nueva evidencia podría afectar severamente la posición de los demandantes. Como hiciera notar la corte de apelaciones, los esposos Page supuestamente desarrollaron “estrategias de extorsión destinadas a presionar a Chevron para llegar a un acuerdo, tales como instigar una falsa investigación de la Comisión de Bolsas de Valores (Securities and Exchange Commission), en la que se acusaba a Chevron de genocidio, además de sostener que Chevron había violado la Ley de prácticas corruptas en el extranjero (Foreign Corrupt Practices Act).” El matrimonio Page supuestamente también redactó varios análisis legales que nunca fueron presentados ante la corte de primera instancia en el Ecuador, pero que aun así aparecieron copiados textualmente en la sentencia por miles de millones de dólares emitida en contra de Chevron en el 2011. La corte federal de Nueva York, en su sentencia de marzo pasado, determinó que el equipo de Donziger había redactado de manera clandestina partes sustanciales de la sentencia ecuatoriana y que a cambio había prometido a un juez ecuatoriano un soborno de 500.000 dólares para que la presentara como suya.
Cuando se le pidieron sus comentarios al respecto, Aaron Page contestó lo siguiente en un correo electrónico:
“Aunque no lo crean, aún luego de que finalizara el juicio por asociación ilícita y extorsión, resuelto a su favor, Chevron aún persiste en sus peticiones ante la corte de distrito para lograr acceso a mis documentos. Estoy dando cumplimiento a las órdenes de la corte; he planteado una serie de cuestiones respecto de privilegios y he recibido algún grado de protección de la corte de distrito. Actualmente un experto independiente está realizando una revisión de la documentación y ésta será presentada bajo una regla probatoria especial que previene contra futuras excepciones de privilegio por el ‘mismo tema’. Las objeciones que he presentado, tanto en mi apelación como ante la corte de distrito, no tienen nada que ver con ‘ocultamiento’ o con el contenido de ningún documento en particular, sino con mi obligación profesional de precautelar los privilegios y confidencias de mis clientes en la medida de lo posible”.
Page envió el comentario en un correo electrónico transmitido por Chris Gowen, otro abogado del equipo de los demandantes. Anteriormente Gowen representó a Page en la disputa por la documentación, pero dijo que ya no lo hacía y que Page se estaba representando a sí mismo.
Barrett es un editor adjunto y redactor principal de Bloomberg Businessweek. Su nuevo libro, Law of the Jungle, o La ley de la Selva, relata la historia del caso de Chevron por contaminación por petróleo en el Ecuador.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron, el artículo original en inglés puede ser visto aquí.
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