Lexology 26/08/2016
El 8 de agosto de 2016, el Segundo Circuito emitió su muy esperada decisión, confirmando el dictamen del Distrito del Sur de Nueva York, en el que se sostuvo que el fallo judicial de $9 mil 500 millones obtenido en Ecuador contra Chevron Corporation por los demandantes indígenas de Lago Agrio en un litigio ambiental no puede ejecutarse. La decisión de 127 páginas del Segundo Circuito representa un tajante rechazo de casi todos los argumentos jurídicos presentados por Steven Donziger, a quien la corte del distrito encontró culpable de prácticas corruptas que violan el estatuto civil RICO.
La decisión del Segundo Circuito proporcionará a los expertos jurídicos mucho que discutir. Después de todo, los abogados de Donziger atacaron la decisión por no tener precedentes ya que la corte permitió a Chevron, que había perdido su caso en Ecuador, utilizar una corte de distrito de los EE. UU. para atacar la compensación de daños en el exterior. Sin embargo, en sus raíces, el litigio RICO de Donziger no trataba realmente sobre cuestiones tales como la jurisdicción o la ejecutoriedad de fallos judiciales extranjeros. Más bien, era acerca de que Donziger, y su equipo legal, violó descaradamente la ética y las normas cuando participaron en el caso de Chevron en Ecuador. La decisión del Segundo Circuito demuestra que la corte simplemente no podría soportar las pruebas de mala conducta legal. Las instancias específicas de faltas éticas en las que incurrió Donziger y que fueron citadas por el Segundo Circuito, incluyen los siguientes ejemplos:
• Instruir a su consultor medioambiental para estimar daños bajo la suposición falsa de que la entidad predecesora de Chevron, Texaco, era completamente responsable de toda la contaminación, incluso después de haber abandonado la región. Donziger utilizó lo que el consultor caracterizó como "una estimación científica loca" en los medios de comunicación, para generar un clima propicio para llegar a un acuerdo.
• Instruyó a los consultores medioambientales de los demandantes a que utilizaran menos análisis probatorios después de que las primeras pruebas ambientales demostraron que la contaminación probablemente no fue causada por Texaco.
• Presentó a la corte informes con conclusiones de los expertos falsificadas, incluyendo la acusación de que la remediación de Texaco fue "inadecuada o insuficiente".
• Pagó honorarios considerables a expertos de ingeniería para que se hicieran pasar como "observadores independientes" sin revelar a Chevron o a la corte que los demandantes estaban pagándoles, lo que Donziger caracterizó en sus notas como "negociar con el diablo".
• Forzó al juez de la corte a que cancelara las inspecciones de sitios contaminados debido a la preocupación de que pruebas adicionales producirían resultados favorables a Chevron. Como extorsión, Donziger utilizó la información de que el juez había cambiando empleos por sexo en su corte.
• Convenció a la corte para que designara a un experto independiente de la corte, que parecería ser "independiente", a pesar de ser controlado por los demandantes.
• Instruyó a los consultores ambientales de los demandantes a que: 1) realizaran el trabajo técnico supuestamente realizado por el experto independiente designado por la corte, y 2) presentaran el informe a la corte bajo el nombre del experto independiente.
La debilidad fundamental de la apelación de Donziger, fue su incapacidad de atacar a cualquiera de las múltiples bases fácticas del fallo de la corte de primera instancia de casi 500 páginas. Algunos de los más importantes pronunciamientos del Segundo Distrito son recitaciones de antiguos preceptos legales que con demasiada frecuencia son ignorados por las cortes de nuestro país.
Los apelantes sostuvieron que cualquier fechoría de Donziger, sin importar lo atroz que hayan sido, no proporcionaba fundamentos para que la corte de distrito anulara su compensación monetaria. Afirmaron que no tenían conocimiento de conductas no éticas y que eran "simplemente clientes representados que seguían las instrucciones del abogado". Al rechazar este argumento, el Segundo Circuito determinó que no existía ninguna base para argumentar que una parte ignorante de las acciones fraudulentas de su abogado pudiera hacer cumplir una sentencia obtenida fraudulentamente. De lo contrario, el Segundo Circuito sostuvo, iría en contra de la máxima de la Corte Suprema de los Estados Unidos de que el fraude "es un mal contra las instituciones creadas para proteger y salvaguardar al público, instituciones en las que el fraude no puede ser tolerado tranquilamente en consistencia con el buen orden de la sociedad". De esta manera, la corte señaló que, incluso los clientes inocentes, no pueden beneficiarse del fraude de su abogado.
El Honorable Amalya Kearse, escribiendo para el Segundo Circuito, citó a la corte de distrito: “No existe una defensa de ‘Robin Hood’ para una conducta ilegal e ilícita". Y las excusas de los imputados de que “así se hace en Ecuador", que en realidad son un notable insulto al pueblo de Ecuador, no les ayudan. En relación a la evidencia de que Donziger ha buscado activamente una prohibición en Ecuador de la revelación ordenada por el Distrito del Sur de Nueva York, el segundo circuito dictaminó que era evidencia de la mala fe y justificación para las sanciones. Sobre estos fundamentos, la corte confirmó las sanciones de la Regla 37 otorgadas a Chevron por la corte de distrito. La corte de distrito dictaminó que el "rechazo obstinado y muy posiblemente desdeñoso de cumplir con su obligación de descubrimiento" garantizaba lo sorprendente de las defensas de jurisdicción personal.
Una inquietante posdata a la saga de Donziger es que, a pesar de la evidencia en contra de su ética, él es tratado como celebridad "estrella del rock" en determinados círculos legales. En particular, después de la emisión del fallo de la corte del juez Lewis Kaplan, la Facultad de Derecho de Harvard invitó a Donziger a un panel de discusión sobre litigios de la selva ecuatoriana. Uno podría preguntarse por qué Donziger sería considerado una fuente seria y merecedora de una invitación. De hecho, Paul Barrett de Bloomberg Businessweek (8 de agosto de 2016) sugirió que Escuela de Derecho de Harvard Law le hiciera las siguientes preguntas a Donziger durante su visita:
• ¿Por qué no ha rebatido ni explicado las evidencias de fraude, soborno y colusión en contra suya, bajo juramento ante una corte de justicia?
• Si usted no cometió fraude en este caso, ¿por qué Julio Prieto, uno de sus abogados ecuatorianos, le envió un mensaje de correo electrónico expresando el temor de que, si sus actividades eran descubiertas "todos nosotros, tus abogados, podríamos ir a la cárcel"?
• Si usted no cometió fraude en este caso, ¿cómo se explica que los registros bancarios muestran que se depositaron $1,000 en una cuenta bancaria del juez ecuatoriano en repetidas ocasiones? ¿Por qué los recibos de depósito fueron firmados por un miembro del personal de su organización?
• Si usted no escribió clandestinamente la sentencia ecuatoriana en contra de Chevron, ¿cómo explica que el texto que fue producto de su trabajo interno, haya sido encontrado textualmente, incluso con errores y todo en la sentencia?
Barrett sospecha que estas preguntas no fueron abordadas en el panel de discusión, teniendo en cuenta el tono de su material de promoción del evento. Barrett concluye que "lo que realmente necesitamos saber es cuánta credibilidad debe darse a la gente de Harvard, más que al mismo Donziger, si están dispuestos a ignorar la montaña de pruebas contra el estafador y tratarlo como una especie de combatiente de los derechos humanos y víctima de represalias de las grandes empresas". La recepción de Harvard de un abogado desacreditado, sin importar lo noble que sea la intención subyacente, plantea una cuestión importante sobre los fines servidos dándole credibilidad a un individuo no creíble.
Con demasiada frecuencia, en los litigios masivos de agravios de nuestra nación, como en el litigio contra el asbesto, un hallazgo judicial claro de fraude o mala conducta no da lugar a la pérdida de la indemnización por daños de la parte. Por ejemplo, a pesar de las pruebas claras de que los abogados de los demandantes "jugaron con el sistema" en el caso de la bancarrota de Garlock, muchos jueces de las cortes estatales del juicio contra el asbesto parecen dispuestos a considerar esta mala conducta con tranquilidad y actuar como siempre. Hay poco conocimiento en la asociación de abogados de cualquier iniciativa judicial para asegurar que los delitos parecidos a los de Garlock, no proliferen en sus cortes. Una minuciosa limpieza en la casa no suele llevarse a cabo en el poder judicial hasta que un periodista o un jurista perspicaz, llame la atención inoportuna hacia la corte.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí
Fuente OriginalNotas relacionadas