Historia del consorcio en Ecuador

Operaciones, remediación y finiquito de TexPet: 1964 -1998

Este video brinda una reseña de la participación de Texaco Petroleum Company (TexPet) en un consorcio de exploración y producción petrolera con la compañía estatal petrolera ecuatoriana, Petroecuador. Cuando el consorcio terminó en 1992 TexPet acordó remediar una parte de las operaciones del consorcio, mientras que Petroecuador se hizo responsable de todos los problemas ambientales remanentes. Ecuador supervisó, inspeccionó y aprobó la remediación de TexPet y liberó a la compañía de toda responsabilidad ambiental cuando concluyó la remediación en 1998.



NARRADORA: De 1964 a 1992, Texaco Petroleum Company, o TexPet, participó en un consorcio de explotación y producción petrolera en el oriente del ecuador. El gobierno ecuatoriano pasó a ser socio propietario del consorcio en 1973 y propietario mayoritario en 1976. Entre 1971 y 1976, el gobierno de Ecuador promulgó nuevas leyes y le impuso nuevos términos contractuales al consorcio. Así puedo Ecuador ejercer mayor control sobre las operaciones del consorcio y más que triplicar los derechos e impuestos pagados por el consorcio al gobierno. El gobierno de Ecuador “directamente o mediante la empresa gubernamental Petroecuador, reguló al consorcio desde el inicio, según dictó un tribunal federal de EE. UU. El tribunal también determinó que: el gobierno de Ecuador mantuvo una posición “principal” y “no impugnado” en cuanto a “autorizar, dirigir, financiar y beneficiarse” con las actividades del consorcio durante la existencia del consorcio.  

NARRADORA: Antes de que terminase en 1992, el consorcio generó ingresos por 23.300 millones de dólares. Ecuador recibió 97,3 por ciento de los ingresos generados por el consorcio. Más de 22.000 dólares. TexPet había realizado ganancias netas de menos de 500 millones de dólares, al vencer su participación en el consorcio en 1992. Ese año TexPet, Ecuador y Petroecuador, acordaron que se realizarían auditorías ambientales independientes en la antigua concesión para tratar cualquier impacto ambiental. Ecuador y TexPet conjuntamente contrataron a HTB AGRA Limited, una respetada empresa canadiense de consultoría ambiental, como experto independiente para que hiciese esa auditoria. TexPet también contrató a una segunda empresa internacional de renombre Fugro McClelland para que hiciese una evaluación ambiental independiente adicional. Durante esas auditorías ambientales, HBT AGRA seleccionó e inspeccionó 163 de los 325 pozos y las 22 estaciones de producción. Fugro McClelland inspeccionó 159 de los 325 pozos y 18 de las 22 estaciones de producción. Además, amabas empresas hicieron auditorias de las instalaciones, observaron las prácticas del manejo de desecho y tomaron pruebas y analizaron muestras de tierra, aguas superficie y subterránea.

NARRADORA: Ambas auditorias concluyeron que, como operadora del consorcio, TexPet cumplió con las practicas formales de la industria de esa época y que las operaciones del consorcio no tuvieron un impacto ambiental importante. HBT AGRIA encontró que las prácticas operativas del consorcio eran las normales en las selvas tropicales. Esto incluía verter desechos de perforación en piscinas y pasar agua producida a través de fosos para recuperación de crudo; luego descargadas en rollos y ríos. Todo ello estaba autorizado por las leyes ecuatorianas. HTB AGRA explicó que en los países que analizó, en general “los cárteres no estaban alineados” y “se solía dejar los cárteres luego de finalizar para su utilización como un sitio cómodo para la futura eliminación de residuos”. También explicó que “los cárteres estaban equipados con ductos con codo” a fin de reducir la comulación de aguas de superficies.

NARRADORA: Fugro McClelland también analizó el grado de conformidad de TexPet con los estándares del sector. Encontró que “la práctica de TexPet de eliminar los lodos y ripios de perforación en las piscinas de reserva está de acuerdo con la práctica convencional de la industria desde 1964 y 1990”. También encontró que las descargas de aguas producidas por parte de TexPet “es consistente con las prácticas de la industria vigentes de 1964 a 1990”. Como suele ocurrir con operaciones petrolíferas, amabas auditorias recomendaron que se hiciese una remediación ambiental en ciertas áreas. Por eso Ecuador, Petroecuador y TexPet elaboraron un plan de acción remedial en que acordaron los sitios específicos que TexPet remediaría para cumplir con sus responsabilidades. TexPet eligió a la empresa internacional de remediación Woodward-Clyde de una lista de empresas autorizadas por Ecuador para remediar los 133 emplazamientos que TexPet, Ecuador y Petroecuador acordaron que era responsabilidad de TexPet. La remediación se realizó entre octubre de 1995 y septiembre de 1998 por parte de empresas ecuatorianas bajo la supervisión de Woodward-Clyde según los requisitos del gobierno ecuatoriano. Estos emplazamientos fueron remediados siguiendo procesos detallados aprobados por el gobierno de Ecuador, y la remediación quedó documentada con informes oficiales de cada sitio que incluyeron centenares de fotografías y videos de trabajos realizado.

NARRADORA: Veamos por ejemplo Sacha-6. Esto es Sacha-6 hoy. Este emplazamiento lo maneja Petroecuador desde 1992. Pero en 1996, Sacha-6 no tenía el aspecto que tiene hoy. La auditoría mencionó otras tres piscinas que debían ser remediadas por TexPet. En esta imagen, se ve una de estas tres piscinas antes de la remediación. El proceso de remediación incluyó quitar desechos de la piscina y su alrededor, y tratar la tierra y el agua para eliminar el crudo. Posteriormente, técnicos de la Universidad Central del Ecuador hicieron análisis de muestras para confirmar que la limpieza se apegaba a los estándares requeridos por el gobierno del Ecuador. Una vez cumplido esos estándares, la piscina fue rellenada con tierra limpia. El emplazamiento luego fue revegetado con especies locales. El gobierno de Ecuador inspeccionó el sitio y aprobó toda la remediación realizada ahí.

NARRADORA: Otro ejemplo representativo es el de Shushufindi-48. Esto es Shushufindi-48 hoy en día. En este sitio opera actualmente un cultivo de palmas y ya no se usa para la producción petrolera. TexPet remedió cuatro piscinas en Shushufindi 48 en 1996 y 1997. Aquí vemos una de esas cuatro piscinas antes de la remediación. Una vez más, el proceso de remediación incluyó quitar los desechos de la piscina y su alrededor y tratar la tierra y el agua para remover el crudo. Los análisis de la Universidad Central del Ecuador confirmaron que si satisfizo los estándares de Ecuador y la piscina fue rellenada con tierra limpia y luego revegetada. El gobierno de Ecuador inspeccionó y aprobó todas las sobras de remediación hechas en Shushufindi-48. Para septiembre de 1998, Woodward-Clyde a nombre de TexPet había supervisado la remediación de las 162 piscinas en 133 desplazamientos de pozos. Todas las entidades competentes del gobierno de Ecuador supervisaron, inspeccionaron y aprobaron esta remediación. Documentaron plenamente esa supervisión y aprobación en una serie de actas oficiales. Pese a los documentos, fotos, videos, auditorias y la aprobación gubernamental que manifiesta que TexPet cumplió correctamente con esa limpieza por 40 millones de dólares. Los abogados de los demandantes falazmente afirman que TexPet simplemente “paleó tierra” en las piscinas y las dejó sin remediar. Pero en comunicaciones internas, hasta los consultores de los demandantes admiten que la remediación de TexPet se realizó correctamente.

NARRADORA: Douglas Beltman, de Stratus Consulting consultor contratado por los demandantes, concluyó que “no encontré ningún caso claro donde TexPet no cumplió las condiciones requeridas en la limpieza”. Betlman admitió antes los abogados de los demandantes en un documento interno que el muestreo hecho post-remediación demostraba que las piscinas satisfacían todos los requisitos. Además de colaborar con el gobierno nacional para remediar los emplazamientos acordados, TexPet también hizo acuerdo con los gobiernos municipales del área de la concesión en cuanto a programas para el desarrollo de las comunidades. A raíz de estos acuerdos, uno de los demandantes, Hugo Camacho, le envió una carta al director ejecutivo de TexPet en septiembre de 1997. En la que expresó su satisfacción y agradecimiento por la remediación de TexPet. El señor Camacho escribió a nombre de un pueblo que quería expresar “un testimonio de profunda gratitud por los trabajos de remediación ambiental realizados”. La carta decía que la remediación “ha producido resultados tan positivos para los moradores del lugar, que ahora se cuenta con un hermoso lugar para esparcimiento familiar”. El señor Camacho concluyó su carta diciendo “copia de la presente comunicación permanecerá en los archivos de la pre-Cooperativa Pimampiro, como un testimonio para la posteridad”. Un año después, el gobierno de Ecuador y Petroecuador certificaron que TexPet había satisfecho todas sus obligaciones y plenamente eximieron a TexPet para siempre “de cualquier demanda o reclamación” que surgen a raíz de las operaciones del antiguo consorcio.

NARRADORA: Después de que TexPet cumplió su remediación, Ecuador y Petroecuador acordaron hacerse responsable de todas las piscinas e impactos ambientales que no fueron incluidos expresamente en el plan de acción remedial.