Caso Chevron

Correa se sale con la suya con un giro de 180 grados

The Economist 28/09/2013


El parque nacional Yasuní en el Amazonas ecuatoriano alberga innumerables especies de animales y pájaros en peligro de extinción. Ante esta realidad, el Presidente Rafael Correa, urdió un plan bajo el que se abstendría de extraer el petróleo que yace bajo la superficie en el extremo nororiental del parque, si el resto del mundo contribuía con 3.600 millones de dólares, o la mitad de su valor estimado. El mundo rechazó la oferta y el mes pasado el Presidente Correa la canceló indicando que los 840 millones de barriles de petróleo estimados en el área, que ahora valora en 18.000 millones de dólares, le ayudarían a seguir reduciendo la pobreza en el país.

El área del parque Yasuní donde se encuentra el petróleo, conocida como Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT), contiene especies en peligro de extinción tales como la nutria gigante y el manatí de agua dulce. El Gobierno solía decir que también era el lugar en el que residían pequeños grupos de grupos nativos no contactados; sin embargo, Correa ahora dice que las perforaciones sólo afectarán al 0,01% del Parque.

El campo ITT será entregado a la compañía estatal Petroamazonas, la que se compromete a minimizar los daños al medio ambiente. Según los anuncios del Gobierno, la instalación de oleoductos y la perforación de cientos de pozos no resultará más doloroso que el pinchazo de una vacuna a un bebé. A fin de reunir el capital necesario para explotar la reserva ITT, es probable que Petroamazonas convoque a empresas petroleras chinas.

Correa es popular gracias a un boom económico impulsado por un mayor gasto público, pagado por las crecientes regalías petroleras y préstamos chinos. A pesar de que la producción petrolera está en niveles récord, el consumo está creciendo y las reservas se están reduciendo rápidamente. Según expertos en la industria, los nuevos contratos de producción han ahuyentado a las multinacionales y desalentado la exploración en la región. El Ministerio de Petróleo en dos ocasiones ha ampliado una licitación para un área al sur de Yasuní debido a que ninguna empresa presentó ofertas.

Existen dos alternativas de perforación en el Yasuní. Una sería recibir inversión extranjera en otras industrias. Sin embargo, el Presidente no está interesado en eso. La otra sería redoblar los esfuerzos para desarrollar Pungarayacu, un amplio campo de petróleo pesado. No obstante, esto también podría molestar a los ecologistas.

Los sondeos indican que la opinión de los ecuatorianos está dividida en relación al desarrollo del ITT. Los indígenas Waorani, algunos de los cuales habitan la zona, protestaron inicialmente en contra de la decisión del Presidente, pero han sido aplacados con ofertas de dinero para sistemas de salud y escuelas. La oposición quiere un referendo sobre el tema.

Si se realizara un referendo, sería probable que Correa gane. Es un luchador formidable. En un intento por desviar la furia de los ambientalistas por su giro de 180 grados, el Presidente volcó este mes su ataque retórico contra Chevron. Dos años atrás, una corte ecuatoriana en Lago Agrio, una localidad amazónica, impuso una colosal multa de 19.000 millones de dólares contra la compañía por la contaminación supuestamente causada por Texaco en los años 70 y 80, adquirida por Chevron en 2001. De hecho, el gobierno ecuatoriano llegó a un acuerdo final con Texaco en 1998 (la piscina de petróleo en la que Correa metió su mano a principios de este mes es de responsabilidad de Petroecuador, la compañía estatal).

Chevron acusa a la corte ecuatoriana de fraude y demandó a los abogados de los demandantes por asociación ilícita. Un panel de arbitraje internacional con sede en La Haya, bajo las reglas de las Naciones Unidas, ha pedido al Ecuador que desista de sus intentos por cobrar daños y perjuicios. Sin embargo, el Gobierno sostiene que no obedecerá. Si Petroamazonas y los amigos chinos de Correa arruinan el Yasuní, al Presidente le será más difícil encontrar una salida.

Ésta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original puede ser visto aquí