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Ecuador en las Noticias

Correa está perdiendo el control en Ecuador 

07/04/2016 Miami Herald - Glenn Garvin

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, puede estar arruinando la economía de su país, oprimiendo a los medios de comunicación y desafiando a los militares para que lo derroquen mediante un golpe, pero definitivamente no ha perdido su sentido del humor - aunque mucha gente desearía que lo hubiera perdido. El año pasado, cuando un político panameño escribió en Twitter que Correa era un fascista, el presidente rápidamente respondió con un tweet: “¡Heil Hitler!”

Bajo el régimen del presidente Rafael Correa, la economía de Ecuador ha quedado en ruinas. AP Bajo el régimen del presidente Rafael Correa, la economía de Ecuador ha quedado en ruinas. AP

Bajo el régimen del presidente Rafael Correa, la economía de Ecuador ha quedado en ruinas. AP

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, puede estar arruinando la economía de su país, oprimiendo a los medios de comunicación y desafiando a los militares para que lo derroquen mediante un golpe, pero definitivamente no ha perdido su sentido del humor - aunque mucha gente desearía que lo hubiera perdido. El año pasado, cuando un político panameño escribió en Twitter que Correa era un fascista, el presidente rápidamente respondió con un tweet: “¡Heil Hitler!”

Es difícil imaginar a otro jefe de Estado enviando esas palabras a 2,6 millones de seguidores. (Bueno, quizás Mussolini, aunque eso no terminó bien.) Pero, Correa puede que no sea jefe de Estado por mucho tiempo.

Los votantes de toda Sudamérica, cansados después de una década o más de calamidades económicas en manos de regímenes populistas de izquierda, los han rechazado haciéndolos caer como filas de fichas de dominó durante los últimos meses.

Lo que resulta más impresionante, es que la oposición venezolana superó todo tipo de astucia oficial para lograr que la Asamblea Nacional quedara bajo el control de un partido de centro derecha que puede llegar a remover al populista homofóbico Nicolás Maduro (el epíteto elegido contra sus enemigos: “M-----n”).

En Bolivia, los votantes rechazaron el intento del izquierdista lleno de escándalos, Evo Morales, de cambiar las reglas electorales para permitirle llegar un cuarto mandato, que lo mantendría en el poder hasta 2025. En Argentina, rechazaron a la anti-capitalista, Cristina Fernández de Kirchner como sucesora, y colocaron a un gobierno de centro-derecha.

Y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff - todo lo que se necesita saber acerca de su política y tenue cordura es que ella utilizó el endoso del fanático de las teorías de conspiración, Oliver Stone, en su campaña de publicidad - está tambaleándose al borde de la destitución por un escándalo en la compañía de petróleo estatal involucrando botellas de vino de $3.000, relojes Rolex y prostitutas, no necesariamente en ese orden.

Correa podría ser el siguiente. Su capacidad para jugar a Papá Noel con los puestos en el gobierno y otros patrocinios (entre 2007 y 2015, la administración de Correa gastó tanto dinero como los gobiernos ecuatorianos durante los 30 años anteriores) ha sido devastada por la caída de los precios del petróleo, que financian el 40 por ciento del gasto del país.

Sin todos los regalos, el tercer mandato presidencial de Correa se ha puesto feo. El Banco Mundial predice que la economía ecuatoriana sufrirá una reducción de 2 por ciento este año, y la popularidad de Correa se va a pique incluso más rápido. La empresa de investigación (CQ) Market dice que su índice de aprobación ha bajado a 31 por ciento, y sólo el 28 por ciento de los encuestados cree en lo que él dice.

Esa diferencia del 3 por ciento aparentemente representa a los ecuatorianos que detestan las políticas de Correa, pero que creen que ofrece mucho entretenimiento. Junto con su tweet de primavera para Hitler, también está el desafío para pelear a puños que lanzó en televisión contra un asambleísta que cuestionó el valor de un proyecto del gobierno.

"Podemos resolver esto como lo hacemos en mi viejo barrio, si tiene un problema conmigo, ese demente mentiroso, ese cerdo", declaró Correa en televisión. Andrés Páez, el asambleísta, respondió que estaría encantado de pelear con Correa si "promete no traer a sus 300 guardaespaldas". Y añadió, "Espero que no me arañe o me ataque con su cartera". (Evidentemente, Donald Trump es un conocedor de la política ecuatoriana).

Como el Washington Post resumió, "El presidente de Ecuador Rafael Correa es un hombre de juicio intachable y masculinidad superlativa, y no lo dudes, mocoso, o si no".

La pelea nunca se llevó a cabo, pero muchos ecuatorianos han aceptado la invitación de Correa para arreglar las cosas en la calle; las manifestaciones masivas contra el presidente fueron constantes el año pasado, y otra está prevista para finales de esta semana.

Lo más preocupante: la posibilidad de que el ejército salga de sus cuarteles. Correa ha estado jugando con, y en algunos casos, retrasando el pago de las pensiones militares. Cuando los generales se quejaron hace unas semanas, despidió a todo el alto mando.

Unos días más tarde, cuando Correa habló durante un evento en una academia militar de Quito, todos los oficiales retirados salieron silenciosamente en protesta; los soldados que permanecieron, intencionadamente no aplaudieron. Correa, frente a su creciente impopularidad, ya ha dicho que no va a presentarse a la reelección cuando su mandato termine en 2017.

La pregunta es si podrá llegar a esa fecha. 

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