Forbes 17/04/2019
La bandera nacional holandesa ondea desde un barco turístico mientras los silos de gas natural licuado (GNL) se levantan en la costa en el puerto de Róterdam, Países Bajos. Foto: Forbes
Los lectores de esta columna ya conocen los detalles del esfuerzo fraudulento de utilizar la “guerra jurídica” para extorsionar miles de millones de Chevron Corp., por daños por contaminación que muy probablemente una compañía ecuatoriana causó mucho después de que Texaco Petroleum (adquirida posteriormente por Chevron) había dejado Ecuador y obtenido una certificación formal de que toda la contaminación se había remediado. El fraude fue planeado por un abogado estadounidense e involucró a abogados y jueces ecuatorianos.
En 2009 Chevron y Texaco solicitaron un arbitraje internacional contra el Estado de Ecuador, alegando que este fraude implicaba infracciones del Tratado Bilateral de Inversión (TBI) entre Estados Unidos y Ecuador, de los acuerdos de las partes y del derecho internacional. Chevron busca en última instancia que Ecuador se responsabilice financieramente por los daños que ha sufrido la compañía en su defensa y reputación.
Entre 2012 y 2013, el Tribunal del TBI emitió cinco laudos y órdenes en favor de Chevron. En enero de 2014, Ecuador presentó una petición ante la Corte de Distrito de La Haya (sede legal del arbitraje del TBI) para anular los laudos mencionados. El 20 de enero de 2016, la Corte de Distrito rechazó todos los reclamos de Ecuador. En 2017, la Corte de Apelaciones de La Haya confirmó la decisión del Tribunal de Distrito. Y la semana pasada, 12 de abril de 2019, la Corte Suprema de Holanda reafirmó la decisión de la Corte de Apelaciones. La decisión de la semana pasada implica que los cinco laudos arbitrales ya no pueden ser impugnados. Esto incluye los laudos provisionales del Tribunal del BIT que ordenan a Ecuador “tomar todas las medidas necesarias” para evitar o suspender la ejecución de la sentencia de Lago Agrio en todo el mundo y que declara que Ecuador ha violado el derecho internacional por su incapacidad de actuar voluntariamente en consecuencia.
Las reclamaciones de Chevron por daños monetarios contra Ecuador se encuentran en espera, y el próximo año debe de llevarse a cabo una audiencia final. Los daños contemplados alcanzarían los cientos de millones, pero cualquier cantidad será un final apropiado para un sórdido capítulo en la historia judicial de Ecuador.
El nuevo gobierno de Ecuador, sin duda, lamenta que esto haya sucedido. Desafortunadamente, desde el fiasco de Assange hasta el escándalo de Chevron, las decisiones del gobierno de Rafael Correa podrían causar un impacto negativo en Quito durante los años venideros.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí
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