Instigador anti-Chevron sigue siendo héroe en el artículo parcializado de Rolling Stone

Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron, el artíulo original en inglés puede ser visto aquí.

MRC Business - Julia A. Seymour 11/11/2014

Foto: RODRIGO BUENDIA/AFP/Getty Images

Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron, el artíulo original en inglés puede ser visto aquí.

“Periodista” izquierdista pasa por alto los informes científicos redactados clandestinamente, al igual que las sentencias de la corte, el caso RICO y los sobornos para atacar a la compañía petrolera.

Una de las memorables escenas no utilizadas del documental “Crudo”, mostraba a Donziger enfrentando a un juez ecuatoriano y hasta intimidándolo.

Aún cuando algunos miembros de la prensa finalmente se dieron cuenta y admitieron la existencia de graves violaciones a la ética en la cruzada legal en contra de Chevron, el periodista de izquierda Alexander Zaitchik continuó intentando hacer aparecer a la compañía como culpable de varios delitos. Y lo que provocó esta situación fue una importante operación de noticias de izquierda.

Zaitchik fue el mismo escritor cuya ética profesional no le exigió que entrevistara a Glenn Beck, cuando escribió un libro para atacarlo. Al escuchar a Zaitchik relatar la historia del caso de Chevron vs Ecuador en la edición del 28 de agosto de 2014 de la revista Rolling Stone, se supone que fueron los abogados de Chevron quienes intentaron “intimidar” a los jueces y que la compañía hizo gala de su “poder y arrogancia”, además de mostrar conductas mafiosas.

En un artículo del 30 de octubre redactado para TakePart.com, Zaitchik también exploró algunos de los mismos temas anti Chevron y persistió en ignorar los hechos importantes. En esa oportunidad solo reconoció el triunfo de Chevron ante la Corte al decir que la compañía petrolera “había entablado una contrademanda en Nueva York que bloqueó la ejecución de la sentencia [ecuatoriana] en los Estados Unidos”. Este artículo omitió mencionar que era una demanda por asociación ilícita y corrupción (bajo la ley RICO) y no dijo nada sobre la corrupción o el fraude utilizado para obtener la victoria ecuatoriana en contra de Chevron.

En la revista Rolling Stone, Zaitchik escribió, “De la misma forma la decisión de Chevron de contraatacar la decisión ecuatoriana al recurrir a la Ley RICO, un grupo de leyes que castigan la asociación ilícita y la corrupción y que son generalmente aplicadas para perseguir a las pandillas de motociclistas dedicadas al tráfico de metanfetaminas y a las familias criminales de la mafia italiana. Lo que no quiere decir que al juicio RICO de Chevron le hayan faltado ecos con acentos sicilianos de casos de mafia."

Un portavoz de Chevron respondió al artículo en la sección de comentarios en el que llamó al artículo de Rolling Stone un “reflejo” de lo que “Steven Donziger y sus asociados están ahora desesperadamente intentando reescribir la historia”. El portavoz también dijo que el artículo de Zaitchik fue “engañoso e incompleto” y animó a la gente a leer ellos mismos la sentencia RICO.

La obvia embestida de Zaitchik apenas reconoce la conducta poco ética de su oponente, el ex periodista y abogado de Harvard Steven Donziger, quien entabló una demanda en contra de Chevron por la contaminación generada en el Ecuador originada por un consorcio de perforación petrolera entre Texaco y PetroEcuador que operó desde 1964 hasta 1992. En 1995, se firmó un acuerdo de remediación entre Texaco (TexPet) y Ecuador y en 1998 se certificaron los trabajos de remediación como completos. Chevron adquirió Texaco en el 2001.

Chevron ganó el caso RICO en marzo de 2014. El New York Times admitió que el juez sentenció que el equipo de Donziger “se vio involucrado en una conspiración e incurrió en actos criminales”.

El mismo Donziger era tan izquierdista en los años 80 que “admiraba la valentía de los Sandinistas (de izquierda)”, dice Michael Allen, un periodista amigo, según el libro de Paul M. Barrett “Law of the Jungle” (La Ley de la Selva).

Una de las memorables escenas no utilizadas del documental “Crudo”, mostraba a Donziger enfrentando a un juez ecuatoriano y hasta intimidándolo. El libro de Barrett también explica cómo Donziger chantajeaba a un juez ecuatoriano para que diera por terminadas las inspecciones judiciales a los sitios y en su lugar nombrara a un solo perito.

Mucha gente involucrada en la disputa legal de Donziger lo ha abandonado o hasta ha testificado en su contra dado su enfoque de que ‘el fin justifica los medios’.

Chevron ganó el caso RICO en marzo de 2014. El New York Times admitió que el juez sentenció que el equipo de Donziger “se vio involucrado en una conspiración e incurrió en actos criminales”. El Times mencionó que el juez de Distrito Lewis A. Kaplan redactó una sentencia de casi 500 páginas que además añadía que Donziger había “presentado evidencia fraudulenta,” de acuerdo el Times.

Una parte de la sentencia dice, “un acusado que sea inocente no tiene más derecho que uno que sea culpable a presentar evidencia falsa para cooptar y sobornar a un perito nombrado por la corte, o para coaccionar y sobornar a un juez o a un jurado.”

Aún ante la colosal pérdida de Donziger, Zaitchik pasó por alto el caso en la revista Rolling Stone (y prácticamente lo ignoró en TakePart), girando las cosas en contra del juez y de Chevron.

En Rolling Stone, Zaitchik además desacreditó a la “prensa de negocios” aduciendo que “había seguido el ejemplo” luego de que Forbes publicara la siguiente historia: "Los expertos de los demandantes afirman que ‘no existe evidencia’ para sostener la sentencia por daños de miles de millones de dólares en contra de Chevron”. Aparentemente le pareció objetable que nuevos medios de comunicación informaran de la perspectiva de Chevron sobre la batalla legal e informaran sobre la evidencia de la falta de ética de Donziger.

Con un artículo repleto de citas de Donziger y sus abogados, Zaitchik además hizo todo lo que pudo para desacreditar a Lewis Kaplan, el juez que en marzo sentenció en contra de Donziger en Nueva York. Kaplan fue nombrado por el Presidente Bill Clinton en 1994, luego de haber sido recomendado por el senador demócrata Daniel Patrick Moynihan, de Nueva York.

Los aliados de Donziger ya habían intentado “mancillar” la reputación del juez, aduciendo que tenía inversiones en Chevron. No obstante, Barrett de Bloomberg Businessweek informó que “es poco probable que las acusaciones respecto a una falta de ética sean tomadas en serio”. Barrett, director asistente y escritor sénior de la revista investigó a profundidad todo el pleito Donziger/Ecuador vs Chevron y lo documentó en su libro “La ley de la selva: La batalla legal por $19.000 millones por petróleo en la selva tropical y el abogado que no se detuvo ante nada para ganar (The Law of the Jungle: The Billion Legal Battle Over Oil in the Rain Forest and the Lawyer Who’d Stop at Nothing to Win”).

No obstante, Zaitchik continuó describiendo a Donziger como el incansable héroe que pelea contra del villano favorito de la izquierda: las grandes compañías petroleras.

“El permanecer en el ring en contra de Chevron por más de veinte años ha demandado más que simple fuerza física. Ha exigido de Donziger una feroz y progresiva determinación que ha sostenido de manera ingeniosa y también contraproducente; una determinación que puede tentar a los observadores a evocar la bien intencionada manía de los legendarios gringos que vinieron a la selva en busca de gloria y a matar dragones junto con los lugareños, solo para ser consumidos en semejante afán. Al igual que los aventureros de corte literario de la Amazonía, Donziger aporta con su arrogancia natural a la tarea. No es fácil imaginarlo sentado quieto por mucho tiempo, o discutiendo el caso de otra forma que no sea a manera de machetazos retóricos”, escribió.

Por supuesto, ese es el giro que uno esperaría de un periodista independiente conocido por escribir para publicaciones de extrema izquierda, que incluyen a Alternet, Salon, The Nation, quien además escribió un libro entero atacando a Glenn Beck y que intencionalmente optó por no hablar con él o con su gente.

"Los expertos de los demandantes afirman que ‘no existe evidencia’ para sostener la sentencia por daños de miles de millones de dólares en contra de Chevron”. 

Zaitchik dijo al Washington Post blogger en junio de 2010, “Nunca intenté contactarme con él o con su círculo de allegados. Aun cuando hubiese aceptado hablar conmigo, lo que era muy poco probable, no hubiese creído una sola palabra de su boca. Es posible que Beck no sepa mucho de política o de historia, pero podría decirse, sin lugar a dudas, que tiene el más sofisticado instinto de autopromoción que pueda existir en el planeta. No tenía ningún interés en permitir a Beck utilizar el libro como un medio para reforzar su bien elaborada y parcialmente ficticia narrativa de expiación”.

Obviamente Zaitchik no respetó el código de ética de la Sociedad de Periodistas Profesionales que establece que los periodistas deberían “de manera diligente buscar a los sujetos que son tema de noticias para permitirles responder a las críticas o acusaciones de conducta indebida”.

Seguramente ese es el estilo de periodismo que aprecian los medios como Rolling Stone y otros medios que declaran a boca llena ser izquierdistas. En 2008, Jann Wenner, editor y redactor de Rolling Stone defendió haber incluido a Barack Obama en la portada de la revista cuando lo apoyó a la presidencia. En una entrevista con Howard Kurtz, crítico de medios, Wenner admitió ser un donante para la campaña de Obama luego de que Kurtz dijera, “Parecería ser que estás listo para girar un cheque a su nombre”.

La revista también enfureció a mucha gente, incluyendo al alcalde de Boston, Tom Menino, cuando en su portada de julio de 2013 incluyó una imagen del terrorista de la Maratón de Boston, Dzokhar Tsarnaev. Menino dijo que la revista “premiaba a un terrorista al tratarlo como una celebridad” y que esto “enviaba un mensaje terrible”. Russia Today informó que muchas tiendas se rehusaron a vender esta edición por respeto a las familias de las víctimas.

— Julia A. Seymour es la Directora General Adjunta y Editora de MRC Business en el Centro de Investigaciones de Medios (Media Research Center). Siga a Julia A. Seymour en Twitter.

Fuente Original

Notas relacionadas