Semana 2: Aspectos salientes de Chevron vs. Dozinger

Resumen de la semana

Juicio Crudo 30/10/2013

En el banquillo de los testigos el exjuez Alberto Guerra dijo el miércoles que se reunió en 2009 con Donziger y otros representantes de los pobladores en Honey & Honey, un restaurante en Quito. Guerra dijo que otro abogado que representaba a los pobladores había ya aceptado pagarle $1,000 mensuales para redactar secretamente las órdenes judiciales al juez a cargo del caso, Nicolás Zambrano. Zambrano, quien también estaba pagado, aceptó acelerar el caso y limitar las vías procesales con las que Chevron podría dilatarlo, dijo Guerra. (Reuters)

Guerra ha dicho en una declaración presentada en la corte que recibía miles de dólares de los abogados de la demanda para dirigir el caso a favor de ellos. A otro exjuez ecuatoriano, Nicolás Zambrano, quien emitió la sentencia de $19.000 millones, se le había prometido $500.000 de los beneficios posibles de una sentencia favorable, dijo Guerra en una presentación en noviembre. Guerra afirmó que también redactaba clandestinamente sentencias para Zambrano y recibió pagos por esos servicios.

Guerra aseguró en corte que algunas veces recibió sobornos que se depositaban en su cuenta bancaria y otras veces en sobres conteniendo billetes de $20 y $50. (Bloomberg Businessweek) Guerra afirmó que él y Zambrano habían discutido la posibilidad de solicitar un soborno a Chevron, y que Zambrano le pidió que se contactara con los abogados que representaban a la compañía petrolera. Los dos le apostaron a Chevron porque creían que estaba “en una situación financiera mucho mejor que la de los demandantes”, y que habían “beneficios financieros mayores [que] podían ser obtenidos” de ellos, dijo Guerra. Los abogados de Chevron rechazaron la oferta unas semanas después, Guerra testificó, dejando a Zambrano “desanimado, desconcertado”. Indicó que ahí fue cuando se acercaron al equipo de Donziger. (Courthouse News Service) “El Sr. Fajardo resumió el acuerdo que había alcanzado conmigo al Sr. Donziger y al Sr. Yanza, y el Sr. Donziger me preguntó si era correcto”, Guerra dijo a través de un traductor. “Después de escuchar mi respuesta positiva, el Sr. Donziger y el Sr. Yanza me agradecieron por el trabajo que estaba por hacer”. Guerra sostiene que a fines de 2009 redactó dictámenes en múltiples casos para Nicolás Zambrano, el juez ecuatoriano que finalmente dictó la recusada sentencia, y que fue idea de Zambrano solicitar sobornos a las partes.

El miércoles, Guerra declaró que emitió dictámenes a nombre de Zambrano bajo el presunto acuerdo, incluyendo ocasionalmente resoluciones favorables a Chevron para evitar levantar sospechas. A cambio, asegura que recibió pagos a través de depósitos bancarios directos o sobres repletos de efectivo entregados por el mismo Fajardo en una esquina de Quito. (Law360)

“No podía parecer que todas las órdenes estaban siendo emitidas para el beneficio de los demandantes”, dijo ayer a través de un intérprete en corte al explicar la razón por la que algunos de los fallos en los que estuvo involucrado favorecían a Chevron. “La idea era que no pareciera sospechoso”. (Bloomberg)

En el estrado, Guerra contó su sórdida historia de una forma tranquila y convincente. Elegantemente vestido en un traje gris claro, habló en español sin titubeos. A través de un traductor, describió con naturalidad un sistema judicial ecuatoriano tan plagado de corrupción que su propia conducta criminal parecía mera rutina. (Bloomberg Businessweek)

“¿Comprendía usted que estaba violando la ley ecuatoriana?”, preguntó repetidamente el abogado de Chevron, Randy Mastro de Gibson, Dunn & Crutcher. “Me duele decirlo, pero sí”, contestó Guerra. (American Lawyer, The Litigation Daily)

ADOLFO CALLEJAS (abogado ecuatoriano de Chevron)

Callejas subió al estrado por Chevron el lunes y martes en el caso por asociación ilícita y fraude que lleva la compañía contra los titulares de la mega-sentencia ecuatoriana y su abogado, Steven Donziger. Primero, Callejas declaró que el exjuez Alberto Guerra contactó a uno de los colegas de Callejas telefónicamente cuantiosas veces en 2009, al menos una vez ofreciendo muy abiertamente “arreglar” el caso, tanto que instó a su colega a cambiar su número telefónico. Entonces, en octubre de ese año, Callejas dijo que recibió una llamada de un ex empleado del tribunal invitándolo a reunirse directamente con el juez que redactaría la sentencia final, Nicolás Zambrano. La siguiente oferta milagrosa llegó un año después, según el testimonio directo escrito de Callejas, cuando a otro colega se le acercó un amigo, quien le dijo que Guerra dijo que Zambrano quería saber si a Chevron le gustaría redactar clandestinamente la sentencia a su favor.

Entonces Gómez le preguntó: ¿En todos estos años alguna vez se sintió amenazado? Bueno, Callejas resaltó, hubo una vez en 2009 que un muñeco con su foto, vestido en uniforme de prisión, fue decapitado con una guadaña gigante por un ángel de la muerte disfrazado. En su testimonio escrito, Callejas declaró que los manifestantes liderados por los demandantes gritaban: ¡Dejen que la Muerte lo entierre! ¡Entiérrenlo boca abajo para que el de abajo le guste! Entonces los muñecos del CEO y los abogados de Chevron fueron colocados en ataúdes, llevados a las afueras de Lago Agrio en una procesión funeraria fingida, y enterrados en unas fosas poco profundas sembradas de flores tiradas por sus falsas viudas. “Si eso no era una incitación a la violencia personal”, concluyó Callejas alzando su voz en el estrado, “no sé lo que sería”.

La respuesta de Gómez fue: “No más preguntas, su Señoría”. (American Lawyer, The Litigation Daily)

SARA MCMILLEN (científica de Chevron, viernes 18 de octubre)

McMillen tenía sospechas sobre el laboratorio de pruebas de los demandantes de Lago Agrio, conocido como HAVOC, que a mí me suena como KAOS de la serie del Súper Agente 86. Sus sospechas comenzaron porque HAVOC había reportado resultados “debajo de los límites de detección que podrían ser logrados empleando equipamiento y métodos modernos en laboratorios de Estados Unidos”. Chevron obtuvo una orden judicial ecuatoriana para inspeccionar HAVOC, que “estaba en una casa o edificio residencial, que tenía un conducto de extracción que salía de la ventana del piso superior” pero HAVOC “no permitiría al perito judicial ni al equipo legal de Chevron acceder a sus instalaciones”. Resaltó algo que Donziger escribió: una inspección de HAVOC “SERIA UN DESASTRE PARA EL CASO DE LAGO ABRIO”. (Letters Blogatory)

SPENCER LYNCH (Director de Ciencia Forense Digital en Stroz Friedberg, LLC) Lynch dijo que el disco duro de Donziger contenía un borrador del informe pericial preparado por Richard Cabrera para el juicio de Lago Agrio. A pesar de que Cabrera se suponía que era independiente, Chevron dice que su informe fue redactado secretamente por Stratus Consultants, una firma con sede en Colorado que trabajaba para Donziger. El borrador de este informe en la computadora de Donziger fue incluido en un correo electrónico del 1 de abril de 2008, enviado por gringograndote@gmail.com, dijo Lynch.

El disco duro de Donziger también contenía un borrador del Informe Cabrera, “que lo más probable fue modificado y guardado por el abogado de los demandantes Juan Pablo Sáenz el día antes de que fuera presentado al tribunal ecuatoriano por Richard Cabrera”, escribió Lynch en su declaración de testigo. “A excepción de las marcas judiciales y la escritura a mano, ese borrador es idéntico al informe presentado en la corte ecuatoriana por Richard Cabrera el 1 de abril de 2008. Por tanto, concluyó que (ese) era el borrador final del Informe Cabrera”.

Después de comparar el borrador del Informe Cabrera en el disco duro de Donziger con el final, Lynch concluyó que ambos documentos son idénticos. “En otras palabras, el texto, los números y tablas del borrador final del Informe Cabrera aparecen textuales en el Informe Cabrera presentado”, dijo Lynch. “Es el mismo documento”. (Courthouse News Service)

La desgastada guerra de Ecuador contra Chevron, Raúl Gallegos es el corresponsal latinoamericano para el World View blog Es difícil para muchos tomar las protestas ambientalistas de Correa en serio. El 6 de octubre, el periodista ecuatoriano Emilio Palacio se preguntó el interrogante obvio: “Después de 30 años, ¿Por qué nadie ha hecho nada para limpiar ese desastre?, cuestionó al referirse a los sucesivos gobiernos ecuatorianos. “Los gobiernos neoliberales de Ecuador, sabemos, no se preocuparon mucho por los derechos ambientales. Pero ahora han pasado casi siete años de Revolución Ciudadana, citando la coalición política de Correa. “¿Por qué no han hecho nada para remediar esto?” El informe de Palacio presentó documentos que muestran presuntamente que, tan reciente como en 2011, años después de que Texaco había partido, Petroecuador continuaba vertiendo crudo, incluyendo en la pileta en la que Correa teatralmente hundió su mano. (Bloomberg-World View).

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