The Washington Post 15/11/2013
David B. Rivkin Jr. y Andrew M. Grossman ejercen el derecho en la oficina de la ciudad de Washington BakerHostetler. Rivkin se ha desempeñado en el Departamento de Justicia y en la oficina del abogado de la Casa Blanca durante los gobiernos de Reagan y George H.W. Bush.
Más allá de todas las quejas sobre el sistema judicial estadounidense –litigios demasiado caros, lentos e inciertos-, lidera en el mundo en la métrica que más importa: descubrir la verdad. Esto ha quedado especialmente de manifiesto en una corte de Manhattan.
En el juicio están enfrentándose el abogado Steven Donziger y sus aliados en una batalla legal de una década contra la gigante energética Chevron. Representando a indígenas de la región de Lago Agrio en Ecuador, Donziger obtuvo una sentencia de 18.200 millones contra Chevron en una corte ecuatoriana por contaminación que atribuyó a las operaciones de perforación realizadas por Texaco, quien fue adquirida por Chevron en 2001.
Chevron ha sostenido por mucho tiempo que la sentencia ecuatoriana fue un fraude, parte de un plan de 20 años para extorsionar dinero. Presentó una demanda en Estados Unidos en 2011, acusando a Donziger de asociación ilícita y buscando evitar la ejecución de la sentencia.
¡Qué juicio ha sido! En sus primeros días en la Corte Federal en Manhattan, el director ejecutivo de una firma de financiación de litigios que invirtió 4 millones de dólares en los esfuerzos de Donziger por cobrar la sentencia declaró que su compañía se retiró cuando comenzó a estar “muy preocupada por la creciente evidencia de fraude y conducta indebida”.
Esa evidencia, en el centro del caso de Chevron, está finalmente saliendo a la luz. David Russell, un consultor ambientalista quien ofreció respaldo clave en el juicio ecuatoriano para los altísimos reclamos por daños de Donziger, admitió el mes pasado en un testimonio escrito que su “estimado de costos fue muy impreciso y que no tenía datos científicos que lo respaldaran”. ¿Cómo llegó al monto de 6.110 millones de dólares que Donziger había pregonado en los tribunales y en los medios? Estuvo basada “mayormente en supuestos que Donziger me había dicho que usara” –supuestos que Russell ahora dice que considera falsos.
El juez ecuatoriano que presidió el caso por casi un año, Alberto Guerra, ha declarado que más tarde se desempeñó como un intermediario crucial para Donziger y el juez que se hizo cargo del caso, Nicolás Zambrano. Según Guerra, él y Zambrano se acercaron tanto a los abogados de Chevron como al equipo de Donziger, ofreciendo llevar al caso hacia su lado a cambio de dinero. Chevron no aceptó, dijo, pero el lado de Donziger aceptó el plan.
Guerra declaró por escrito que se reunió varias veces con Donziger y otros abogados de los demandantes en el restaurante Honey & Honey en Quito para discutir detalles. Acordaron que Guerra haría avanzar el caso rápidamente y redactaría secretamente las órdenes para Zambrano a cambio de pagos de mil dólares mensuales. Guerra cuenta con los recibos de los depósitos.
Guerra declaró que cuando el juicio ecuatoriano llegaba a sus instancias finales, él y Zambrano solicitaron 500.000 dólares adicionales para terminar el caso. Inicialmente, Donziger rechazó el precio, dijo Guerra, pero pronto alcanzaron un acuerdo: el equipo de Donziger redactaría la sentencia, Guerra editaría los argumentos legales y Zambrano firmaría el producto final. El dinero llegaría más tarde, Guerra declaró, después de que Donziger cobrara la sentencia. Donziger y Zambrano rechazaron la acusación, pero Zambrano no aportó mucho a las cosas cuando, en el estrado de los testigos, no pudo recordar ni siquiera los hechos más básicos sobre su decisión.
Y así, dice Guerra, es cómo Donziger ganó una sentencia de 19.000 millones de dólares, que el abogado intenta ejecutar en los países donde Chevron cuenta con activos.
En la mayoría de los caso, aquí es donde la historia terminaría. El acusado llegaría a un acuerdo para un arreglo extrajudicial por una suma inferior o la demanda buscaría cobrar al menos una parte.
Pero Chevron regresó a las cortes de Estados Unidos para revisar lo que creyó que era una denegación de justicia. Basándose en los generosos procesos de descubrimientos de pruebas de las cortes federales –que aseguran que todas las partes tengan un acceso justo a las pruebas relevantes- la compañía descubrió un tesoro de materiales que confirmaron sus sospechas.
Una toma descartada de una película producida para apoyar la cruzada de Donziger contra Chevron, que la compañía presentó en corte, mostró a su equipo reuniéndose con un perito judicial de daños supuestamente independiente para prepararlo para su testimonio semanas antes de que apareciera en corte. En otras tomas descartadas, los asociados de Donziger discuten la falta de evidencia que respalde los reclamos legales y su estrategia para ganar a través de, según las propias palabras de Donziger, “presión, intimidación y humillación”.
En un correo electrónico leído en el testimonio, Donziger describe su enfoque a un colega abogado en Ecuador: “Si repites una mentira miles de veces, se convierte en la verdad”.
Bueno, no en una corte de Estados Unidos, donde los jueces juran cumplir un código de ética que exige imparcialidad e incluso evitar la apariencia de un conflicto de intereses.
En cuanto a Donziger, el New York Times informó que, en un testimonio preparado para ser entregado la próxima semana, admite que “cometió errores en el camino”, incluyendo el haber ocultado su relación con y los pagos realizados al perito designado por la corte. Sin embargo, sostiene que el caso en su contra carece de fundamentos legales.
Si la sentencia ecuatoriana es un excelente ejemplo de cuando la justicia funciona mal, este juicio es un ejemplo poderoso de cuando la justicia actúa correctamente. La imparcialidad y neutralidad del sistema judicial estadounidense no debería darse por sentado, especialmente cuando esos atributos escasean en muchos otros lugares. Este caso es una ocasión para que los estadounidenses estén orgullosos de sus tribunales, sus jueces y nuestra devoción por el estado de derecho.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. Para ver el artículo original haga clic aquí.
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