El Tiempo Latino 02/11/2015
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Emails privados revelan que el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, ha gastado millones para contratar a políticos, celebridades, académicos y periodistas estadounidenses para orquestrar una campaña internacional de relaciones publicas contra la petrolera Chevron.
Correa designó por lo menos $6.4 millones de una partida presupuestaria a “Publicidad y Propaganda para Medios de Comunicación” por una agencia de Brooklyn operada por alguien a quien describía como su “amiga de la infancia.”
La campaña fue cuidadosamente coordinada para apoyar el pleito legal del abogado y activista Steven R. Donziger contra el gigante petrolero. En los emails personales o gubernamentales, Correa y su círculo aportaron ideas estratégicas para atacar a la compañía con sede en California cuando el pleito contra Chevron se desbarataba ante una corte federal estadounidense. En los correos electrónicos Correa atacó al juez que fallaría que Donziger ganó de manera fraudulenta su litigio de varios miles de millones de dólares en una corte ecuatoriana contra la petrolera.
Los emails, examinados exclusivamente por American Media Institute, cubren el período entre el verano de 2013 y la primavera de 2014. Y surgieron durante un período crítico en la campaña de 22 años de Donziger para reclamar miles de millones de dólares a Texaco por, en colaboración con la empresa estatal Petroecuador, contaminar un área de la provincia de Sucumbíos desde 1964.
El gobierno ecuatoriano no disputa la autenticidad de los email, y reconoce la existencia de la campaña de propaganda. En respuesta a las preguntas dirigidas al Procurador General ecuatoriano Diego García, la asistente Nina Andrea dijo al American Media Institute que "La República ha dedicado solo una pequeña fracción de los recursos que Chevron ha dedicado a las relaciones públicas."
Chevron adquirió Texaco en 2001 y diez años más tarde Donziger se encontró con un filón cuando un juez ecuatoriano local le otorgó a su equipo $19 mil millones en daños y perjuicios. Pero este fallo, que hubiera sido el segundo pago más grande de la historia en un litigio medioambiental, nunca llegó a concretarse.
Pruebas de que el equipo legal de Donziger escribió el fallo en nombre del juez Nicolás Zambrano forzó al sistema judicial ecuatoriano a revisar el caso. Aunque la Corte Nacional de Justicia reafirmó el dictamen, lo cortó por la mitad dejándolo en $9.5 mil millones.
Donziger fue objeto de una contrademanda por crimen organizado por parte de Chevron, en la que se reveló que su equipo legal había sobornado a Zambrano y que había organizado un plan para sobornar o neutralizar a otros jueces ecuatorianos.
En abril de 2014, el juez Lewis A. Kaplan, de una corte federal, en el caso civil
presentado por Chevron, falló que el veredicto millonario se había conseguido mediante fraude. En la decisión de 500 páginas, el juez describió el caso de Donziger como un plan de crimen organizado que incluía extorsion, fraude electrónico, lavado de dinero, y falsificación, manipulación de testigos, y uso de escándalos sexuales como forma de extorsión.
Mientras que el caso de Donziger se descomponía, el círculo más cercano a Correa se lanzaba a la carga.
En todos los emails, Correa se encarga de crear temas y puntos de discusión. En una discusión por email el 14 de agosto de 2013, el presidente ecuatoriano comparó la contaminación provocada por Chevron en la región Lago Agrio de la provincia de Socumbíos con desastres ecológicos más conocidos. A través de su correo Noticias1, Correa dijo que lo ocurrido en Lago Agrio era 30 veces peor que el derrame del petrolero Exxon Valdez en 1989 frente a la costa de Alaska.
“¿Alguien conoce la magnitud del derrame de BP en Mexico?”, preguntó Correa. Y unos minutos después, se corrigió: “Quise decir GOLFO de Mexico (USA)”. A continuación alguien proporcionó información sobre el derrame de la plataforma petrolífera Deep Water Horizon de BP en 2010.
Correa, un economista marxista que asumió el poder en 2007, dirigió a un equipo que incluía a la embajadora en Washington de esa época Nathalie Cely, el Secretario de Comunicaciones Fernando Alvarado Espinel, el Ministro de Asuntos Exteriores Ricardo Patiño Aroca y el Secretario Jurídico Alexis Mera. Su campaña de relaciones públicas bajo el eslogan “La Mano Sucia de Chevron” alistó a estrellas como Danny Glover, Mia Farrow y Sharon Stone. Aunque, al final, Stone decidió no participar, expresando por medio de su abogado que nunca apoyó la campaña.
La campaña Mano Sucia, según dijo Correa en un email del 14 de octubre de 2013, sería dirigida por “María del Carmen Garay, amiga mía desde la infancia”. Garay operaba la agencia de relaciones públicas MCSquared, ubicada en esa época en Brooklyn.
El equipo de Correa también consiguió una historia en la portada de la revista Rolling Stone y cobertura favorable en medios de comunicación académicos, como en un “journal” de Duke University. El propio Correa hizo una gira por Estados Unidos en 2014 calificada de “visita académica” que incluyó reuniones con los presidentes de Yale, Harvard y M.I.T.
Pero el deseo de Correa para tener influencia en Estados Unidos va más allá de Hollywood, los medios de comunicación y las universidades. Los emails mostraron que su equipo condujo negociaciones con dos miembros del partido Demócrata del estado de Massachusetts: el Congresista Jim McGovern y el ex-congresista Bill Delahunt. Delahunt fue contratado para hacer lobby a favor del gobierno ecuatoriano, como parte de la campaña anti-Chevron.
Grupos de derechos humanos han acusado a Correa de inclinar las cortes ecuatorianas a su favor. Human Rights Watch dijo que el presidente ha nombrado un consejo judicial “que consiste casi totalmente de ex miembros de su administración” y “cesaron a cientos de jueces por medio de métodos más que cuestionables”.
Los emails confidenciales que llenan casi 300 páginas revelan el interés de Correa por impulsar causas anti-estadounidenses y el éxito en atraer a su causa a simpatizantes en Estados Unidos y otros países. Su presupuesto presidencial incluye una partida para relaciones públicas internacionales, por lo que es probable que Correa siga intentando ganar las mentes y los corazones de los estadounidenses.
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