Expreso 11/09/2018
Reclamo. Pablo Fajardo y Humberto Piaguaje dicen que Chevron quiere presionar al país con este fallo. Foto: Expreso
Una sentencia amañada, jueces y peritos comprados, cuentas bancarias y códigos secretos... El proceso contra las petroleras Chevron-Texaco en el país es, para el tribunal arbitral que conoce el caso en la Corte de La Haya, uno de los mejores ejemplos de corrupción judicial.
“La evidencia presentada en este arbitraje (...) demostrada por medio de documentos, vídeos y testimonios, debe ser la evidencia de fraude más completa que se haya presentado nunca ante un tribunal arbitral”, dicen los tres jueces en el fallo que se conoció el viernes.
Son 521 páginas en las que los árbitros relatan el proceso que las comunidades amazónicas, afectadas por la contaminación, siguieron contra las compañías en Lago Agrio, en la Corte Provincial, en la Corte Nacional de Justicia y la CorteConstitucional. Según el tribunal, ninguna de estas instancias se detuvo a indagar las denuncias de Chevron por el supuesto soborno a jueces y peritos, fraude e incluso la ‘redacción fantasma’ de la sentencia. Todas dieron la razón a los demandantes y ratificaron la sentencia de 9.500 millones contra Chevron por daño ambiental.
Solo que el Tribunal cree (y exhibe en el largo fallo) que hay demasiada “evidencia circunstancial” que incrimina, especialmente, a tres abogados y representantes de los demandantes: el estadounidense Steve Donziger y los ecuatorianos Pablo Fajardo y Luis Yanza. El laudo transcribe, en estricto orden cronológico, el comportamiento de los abogados. Tiene como base el diario, los apuntes y el testimonio que Donziger dio en EE. UU., en el juicio RICO, también los correos electrónicos que se cruzaron.
En uno de ellos, Julio Prieto ya expresaba su temor de que las decisiones que habían tomado podrían “llevar a la cárcel” a los abogados. Sucedió en marzo de 2010. Los demandantes, según los documentos a los que accedió el tribunal, también tenían “una cuenta secreta”: se presume que era para el pago de sobornos.
A lo largo de la documentación también se evidencia un complejo sistema de ‘códigos’ y ‘sobrenombres’. En 2007, por ejemplo, Donziger contaba que el ‘cocinero’ se reunió con el ‘mesero’ para coordinar el ‘menú’. Traducción: el juez Germán Yánez, que conoció el caso, se reunió con el perito ambiental StalinCabrera. En 2009, los abogados discutían sobre el ‘títere’ y el ‘titiritero’. Traducción: el juez Nicolás Zambrano y el exjuez Alberto Guerra. Ellos dos son señalados por, supuestamente, haber aceptado recibir sobornos a cambio de la sentencia contra de Chevron. Para los árbitros, el uso de códigos es la evidencia de una “conducta nefasta y mentes culpables”. Nada de esto se investigó en Ecuador y, por eso, el Estado fue condenado por denegación de justicia. IGF
Los afectados insisten en cobrar la indemnización
“No hemos cometido ningún fraude procesal, no se ha podido probar nada”, dijo el abogado de los indígenas amazónicos, Pablo Fajardo.
Los demandantes reaccionaron, ayer, ante el laudo del Tribunal de Arbitraje Internacional, con sede en La Haya. Dicen que continuarán en su lucha e irán a todos los países en los que puedan homologar la sentencia que en Ecuador les otorgó $ 9.500 millones de indemnización por daño ambiental.
Fajardo cree que el tribunal internacional busca que el Gobierno de Lenín Morenoviole la Constitución y la independencia de poderes al ordenar que deje sin efecto la sentencia de tres instancias judiciales para que se cumpla con el pago de esta compensación. Ayer, los afectados se reunieron con el procurador del Estado, Íñigo Salvador, para darle los antecedentes del caso y pedirle que el país no claudique ante las pretensiones de la multinacional Chevron-Texaco.
El laudo de La Haya deja abierta la posibilidad para que los afectados por la petrolera puedan presentar sus reclamos individuales y busquen una reparación.
Pero Humberto Piaguaje, uno de los que empezó la demanda hace 25 años, dijo que es imposible. “No lo podríamos lograr, hay antecedentes de gente que demandó por su cuenta a empresas grandes y perdió. Así nunca podríamos ganar”, dijo.
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