El fraude contra Chevron no termina en la Amazonía ecuatoriana.
Los abogados demandantes, sentenciados en Estados Unidos por fraude, chantaje y soborno, crean engañosos “Toxic Tours” a pozos petroleros como parte de su circo mediático.
Buscan seguir lucrándose con sus falsas acusaciones contra la compañía.
Contando una historia tergiversada, llevan a visitantes a los pozos Aguarico 4 y Shushufindi 61, entre otros, operados entonces por el Consorcio CEPE-Texaco.
No dicen, por ejemplo, que en 1990 Petroecuador reemplazó a Texaco como operador exclusivo de estos campos, incluyendo los pozos que ellos visitan y que siguen en operación hasta hoy.
Ocultan que, en 1995, el Estado ecuatoriano y Texaco suscribieron un Plan de Remediación Ambiental y que no se incluyeron esas piscinas.
Bajo ese Plan, Texaco remedió 162 piscinas, el 37.5% del total y el Estado quedó con la obligación de remediar las restantes, incluyendo Aguarico 4 y Shushufindi 61.
Texaco concluyó exitosamente su remediación en 1998 y fue liberado por el Estado de cualquier obligación posterior. Así lo admitieron los propios técnicos de los demandantes en cortes de Estados Unidos, y así lo confirmó en 2018 un tribunal arbitral de La Haya.
¿Por qué los abogados demandantes también ocultan que ellos mismos se han opuesto a que el Estado cumpla con su obligación de remediar esos sitios?
Para poder seguir el fraude y lucrarse de ingenuos que aún creen su tergiversada historia.
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