Ecuador en las Noticias
Rafael Correa, un terrorista en campaña
El presidente dedicó el 25 de marzo, en esta última sabatina antes de la segunda vuelta, a fabricar una visión terrorífica sobre lo que significaría el triunfo de Lasso.
Lo único que hace falta es que Lenín Moreno pierda en la segunda vuelta para que el libreto kirchnerista sea completo. Por ahora, Rafael Correa lo sigue en forma literal. ¿Qué hizo Daniel Scioli contra Mauricio Macri? Lo que Moreno y Correa hacen contra Lasso: una enorme campaña de terror en su contra. La sabatina 517, hecha desde Cotogchoa, Ruminahui, podría ser considerada emblemática en ese sentido. Correa se lució: mostró una capacidad inaudita para mentir, alterar la historia, atribuir intenciones malévolas a sus opositores y usar a la gente.
Con esa seguridad que otorga la desvergüenza, el presidente se dedicó hoy, 25 de marzo, en esta última sabatina antes de la segunda vuelta, a fabricar una visión terrorífica sobre lo que significaría el triunfo de Lasso. Al estilo Scioli. Mintiendo: Lasso acabará con todos los beneficios sociales. Mintiendo en grande: Lasso privatizará todo. La salud, la educación, la seguridad pública… el Estado todo. Sus mentiras no son meras aseveraciones. Su equipo de propaganda monta videos de los años ochenta donde se muestra miseria en cualquiera de esos temas. No había pupitres. O medicinas. O patrulleros. Y exhibe escuelas del milenio. U hospitales equipados. O patrulleros flamantes. Sus ministros, que no están lejos, intervienen. La de salud, Verónica Espinosa, tan agenciosa ella, cuenta que ahora aquí se hacen hasta trasplantes de riñón y que su costo, unos 40 mil dólares, son pagados por el gobierno. Y adjunta que hay otras operaciones –se entiende más sofisticadas y más caras– cuyos usuarios son enviados al exterior. Con todo pagado. Se entiende que es la revolución ciudadana la que paga. No el país, no los contribuyentes. Y Correa, visiblemente emocionado, dice que comparen pasado con presente. Pasado con Lenín. Y que Lasso quiere volver a ese pasado en el cual quien no tenía plata, moría. Porque Lasso concibe la salud como una limosna. Como una mercancía.
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