Caso Chevron

Los fines no justifican los medios

Huffington Post - Theodore J. Boutrous 13/07/2016

Por Theodore J. Boutrous, Jr. Copresidente Global del Grupo de Litigios del despacho de abogados Gibson, Dunn & Crutcher LLP

En 2014, una corte federal determinó que un abogado estadounidense fabricó evidencia, sobornó a funcionarios judiciales e intimidó a jueces, como parte de una demanda judicial en Ecuador en contra una compañía petrolera estadounidense. En su decisión de 500 páginas, la corte declaró que “la justicia no se sirve al infligirla. Los fines no justifican los medios”. En otras palabras, uno no puede cometer conscientemente una serie de actos fraudulentos e ilegales, incluso si supuestamente lo hace a nombre de una causa noble.

Existe una tendencia creciente de este tipo de casos entablados contra corporaciones, argumentando ser en defensa del medioambiente o de los derechos humanos, que resultan expuestos como casos fraudulentos y fabricados. Frecuentemente, las empresas llegan a un arreglo en este tipo de casos, para evitar daño a su reputación o costosos litigios. Como resultado, las acusaciones y la retórica de las personas que apoyan y promueven estos juicios, pueden prevalecer sobre la evidencia, y tan solo las amenazas pueden resultar en un pago.

Sin embargo, cada vez más corporaciones luchan contra estas acciones legales sin fundamento, y las organizaciones que están detrás de estas frívolas demandas ya no están tan contentas.

La semana pasada, Katie Redford, co-fundadora y directora de EarthRights International, publicó una columna en ese sitio, lamentando el hecho de que las corporaciones están defendiéndose ellas mismas. Ella incluso llegó a culpar a mi despacho de abogados por realizar eso, citando casos que hemos llevado para Dole y Chevron como ejemplos de lo que ella denomina "litigios de represalia", destinados a silenciar a los ambientalistas.
Al destacar estos dos casos, la Sra. Redford demuestra exactamente por qué no solo es importante, sino fundamental, que las corporaciones estadounidenses luchen contra demandas judiciales fraudulentas si tienen la razón a su lado

El litigio de Dole involucró falsas acusaciones en el sentido de que la empresa había provocado la esterilidad de decenas de miles de trabajadores bananeros en Nicaragua, mediante la exposición a plaguicidas en los años 70s. En 2007, un jurado de Los Ángeles revirtió un veredicto multimillonario en el primero, de potencialmente miles de juicios contra Dole. Pero posteriormente Dole evidenció el fraude. Las cortes de California dictaminaron que era una “conspiración infame” y un “esquema de fraude masivo”, orquestado por los abogados de los demandantes en los Estados Unidos y Nicaragua. Estos abogados, dictaminó la corte, reclutaron demandantes falsos y los instruyeron a mentir, falsificaron documentos y resultados de laboratorio, y amenazaron, intimidaron y manipularon a testigos. Posteriormente, un juez federal en Florida se negó a reconocer una @@sentencia@@ nicaragüense de $97 millones, que fue resultado de estas mismas conductas fraudulentas, dictaminando que la @@sentencia@@ pretendió "establecer hechos que no existen, ni pueden existir, en la realidad".

Si Dole no hubiera impugnado las acusaciones falsas contra ellos, y simplemente hubiera llegado a un acuerdo con los demandantes, ninguno de estos hechos habría salido a la luz.

El caso de Chevron tuvo un resultado sorprendentemente similar. Steven Donziger, el abogado que está detrás del caso, junto con grupos de activistas, incluyendo Amazon Watch, adujeron que Chevron era responsable de extensa contaminación en la Amazonía ecuatoriana. A pesar de la falta de pruebas, una corte ecuatoriana emitió una @@sentencia@@ judicial por $19 mil millones contra la empresa petrolera. Sin embargo, mediante mandato judicial de indagación en los EE.UU., se reveló que Donziger y su equipo participaron en un patrón de extorsión, incluyendo @@falsificación@@ de pruebas, soborno a jueces y funcionarios judiciales ecuatorianos, e incluso escritura clandestina de la @@sentencia@@ en contra de Chevron. Esta evidencia, junto con las declaraciones de testigos, incluyendo a miembros del propio equipo de Donziger, y tomas de un documental mandado a hacer por Donziger, se presentó ante una corte federal de los Estados Unidos en 2013. La corte dictaminó después de un juicio completo, que Steven Donziger violó la Ley Contra Organizaciones Corruptas e Influencia del Crimen Organizado (RICO, Federal Racketeer Influenced and Corrupt Organizations Act), al cometer actos de extorsión, lavado de dinero, fraude en trasferencia de dinero, violaciones a la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero, manipulación de testigos y obstrucción de la justicia, en la obtención de la @@sentencia@@ ecuatoriana y al intentar ocultar sus crímenes y los de sus asociados.

Las conspiraciones en contra de Chevron y Dole comparten varios elementos comunes. Ambas se basaron en historias falsas, pero superficialmente atractivas, donde supuestamente una compañía multinacional invadió un país del tercer mundo hace muchos años, dañó al medioambiente y perturbó a comunidades indígenas. Ambas conspiraciones buscaban incrementar la presión para llegar a un arreglo, fomentando la agitación política, social y en medios de comunicación en estos países extranjeros. Y ambos grupos de abogados estadounidenses de los demandantes fabricaron pruebas, presionaron a testigos, y emplearon otras tácticas inescrupulosas para obtener una gigantesca @@sentencia@@ judicial.

La responsabilidad funciona en dos direcciones. Sin lugar a dudas, no todo juicio es fraudulento; las acciones jurídicas legítimas pueden provocar el cambio en beneficio del bien común y tener un impacto social positivo. Y las compañías que violen la ley deben cargar con la responsabilidad. Pero, también los abogados y las organizaciones que tratan de hacerlas responsables. El otorgar a abogados y activistas impunidad para cometer delitos y fraudes a nombre de una causa noble, perjudica los intereses de que dicen representar y corrompe nuestro sistema judicial. Como el juez que tiene a su cargo el juicio de Chevron contra Donziger lo planteó: “No existe una defensa ‘Robin Hood’ para las conductas ilegales e ilícitas".

Un grupo de expertos internacionales en materia de derechos humanos muy respetados, incluyendo a presidentes pasados de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, presentaron un escrito ante el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos del Segundo Circuito, denunciando las tácticas utilizadas por Donziger y su equipo. El escrito mencionaba que, "Los defensores de los derechos humanos no hacen avanzar los derechos humanos al violarlos, y el patrón corrupto de fraude, extorsión y soborno descrito por el tribunal de distrito, si es correcto, niega los derechos fundamentales al @@debido proceso@@ legal y a un juicio justo".

En pocas palabras: los fines no justifican los medios.

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