El País 12/10/2016
Foto: El País
La petrolera estatal ecuatoriana, Petroecuador, también se ve salpicada por un caso de corrupción. El exgerente de la empresa, Álex Bravo, fue arrestado hace cinco meses después de que se supiese que es titular de varias firmas opacas en Panamá. Ahora, un exministro del Gobierno de Rafael Correa también se ha visto implicado en la trama. Mientras, el Ejecutivo, pese a reconocer que el caso es el más grave en una década, pugna por marcar distancias con una trama de consecuencias imprevisibles.
Rafael Correa solía decir que su Gobierno es de “manos limpias, mentes lúcidas y corazones ardientes”. Pero la frase pierde sentido a la luz de la trama de corrupción en el sector petrolero liderada por el exgerente de la estatal Petroecuador, Álex Bravo. Este ingeniero mecánico, detenido desde mayo, tenía al menos seis empresas off shore en Panamá y recibía sobornos por los contratos que adjudicó para la rehabilitación de la Refinería de Esmeraldas.
Ahora, uno de los hombres de máxima confianza del Gobierno ecuatoriano acaba de ser incluido en la trama: Carlos Pareja Yanuzzelli, que también se desempeñó como gerente de la estatal Petroecuador y fue ministro de Hidrocarburos hasta poco antes que estallara el escándalo. Este funcionario también tenía una empresa en Panamá inscrita con las primeras sílabas de su nombre, Capaya, y habría recibido al menos un millón de dólares de parte de Bravo, que ha sido apodado en la investigación como “el gran cajero”.
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