The Wall Street Journal 20/02/2015
Chevron llega a un acuerdo con un financiador de la demanda fraudulenta de Donziger.
Continúan los efectos colaterales de lo que posiblemente sea el mayor fraude legal de la historia — el caso contra Chevron por supuestamente haber contaminado la selva ecuatoriana. El lunes Chevron anunció haber llegado a un acuerdo con James Russell DeLeon, financiador principal de la demanda fraudulenta.
Esta es una merecida humillación para el Sr. DeLeon, un residente de Gibraltar quien dijo haber invertido unos $ 23 millones para financiar al activista de izquierda Steven Donziger en su ataque, muy al estilo del Capitán Ahab (maníaco protagonista de Moby Dick), contra Chevron. A cambio de su dinero, se suponía que el Sr. DeLeon recibiría una participación del 7% de una sentencia por $ 9 500 millones emitida por las cortes ecuatorianas contra el gigante petrolero.
No obstante, Chevron contraatacó en las cortes de los Estados Unidos, y en marzo del año pasado el juez federal Lewis Kaplan dictaminó que la sentencia ecuatoriana era el resultado de fraude, asociación ilícita y corrupción y resolvió que era inaplicable en los Estados Unidos. El Juez Kaplan además sentenció que el Sr. Donziger era responsable por violaciones a la ley que persigue la asociación ilícita; por otra parte, Chevron entabló una demanda contra el Sr. DeLeon en Gibraltar.
Bajo el acuerdo logrado el Sr. DeLeon aceptó transferir a Chevron sus intereses financieros en "Crudo", un documental propagandístico sobre el caso que también ayudó a financiar. El Sr. DeLeon además emitió una declaración pública en la que sostuvo, : “He llegado a la conclusión de que los representantes de los demandantes de Lago Agrio, incluyendo a Steven Donziger, me engañaron en relación a hechos importantes. Si hubiera conocido antes estos hechos, no habría financiado el litigio".
A cambio, Chevron ha resuelto desistir de sus demandas contra el Sr. DeLeon; su socio Julian Jarvis y la entidad financiadora, Torvia Ltd., también forman parte del acuerdo.
El acuerdo y mea culpa pública también representan útiles llamadas de atención en uno de los capítulos más desagradables del derecho moderno — los procesos fraudulentos patrocinados por inversionistas. Los litigantes con orientaciones políticas, como el Sr. Donziger, recurren cada vez más a inversionistas ricos para financiar sus demandas contra empresas, sin importar qué tan dudosas sean las imputaciones.
A los financiadores les parece que el desembolso anticipado vale la pena pues la mayoría de las empresas deciden llegar a acuerdos, antes que verse obligados a enfrentar costos legales y daños a su reputación al acudir ante las cortes. Así, tanto los financiadores como los abogados obtienen un pago fuerte y fácil, en demandas en las que se busca compensación financiera.
Chevron merece ser aplaudido por ser una empresa diferente que no se dejó intimidar - especialmente porque durante años tuvo que soportar los golpes de la maquinaria propagandística que el Sr. Donziger utilizó para engañar a medios de comunicación de la talla del New York Times y "60 Minutes" de CBS.
Chevron sostiene que persiste en sus demandas entabladas en Gibraltar contra Woodsford Litigation Funding Ltd., del Reino Unido y otros, por su papel en el financiamiento a la demanda de Donziger. Esta barrida legal es importante para la justicia en este caso y constituye una advertencia para los mercenarios que financian fraudes legales al enviar el mensaje de que esto tendrá consecuencias muy perjudiciales para ellos.
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