New York Post 05/10/2014
Los críticos de Hollywood están delirando por “Love Letters” (Cartas de amor), protagonizada por Mia Farrow y Brian Dennehy, particularmente por Farrow. El New York Times dice que “su extraordinaria actuación… despide un hechizo que rompe el corazón”.
Sin embargo, a varios miles de kilómetros, la gente en el Ecuador está delirando por otra actuación de Mia Farrow en este año, una actuación que también consideran que “rompe el corazón”, pero no de buena manera.
Ahora Farrow está desesperadamente intentando ignorar estas críticas.
Este papel fue facturado como un viaje para “mostrar su apoyo a los indígenas” involucrados en una demanda masiva que acusa a Chevron, una compañía petrolera de los Estados Unidos, de contaminar la selva tropical y envenenar a la población local.
Lo más destacado de la dramática visita muestra a Farrow metiendo su mano en el suelo y ante la prensa mundial presente en el sitio, levanta una mano sucia, manchada con petróleo.
Las críticas fueron inmediatas y muy positivas. “¡Qué maravillosa es Mia… qué modestia y solidaridad! ¡Gracias Mia!” se apuro a decir el presidente ecuatoriano Rafael Correa.
El periódico de mayor circulación del país hizo notar que Farrow, conocida por su “personalidad altruista”, era simplemente “una de las personas más influyentes en el mundo”.
La visita de Farrow fue parte de una campaña centrada en una sentencia emitida por una corte ecuatoriana en contra de Chevron, que ordena a la compañía pagar la más grande sanción civil en la historia, 9.000 millones en compensación.
Sin embargo, como bien conoce Farrow por los distintos roles que ha debido protagonizar, con mucha frecuencia las cosas toman un giro que dan un vuelco a toda la trama, y eso es justamente lo que ha sucedido con su paseo al Ecuador y el juicio contra Chevron.
Hace pocos meses una corte de Nueva York determinó que la sentencia en contra de Chevron había sido obtenida a través de fraude y soborno, especialmente ingeniado por el abogado de Manhattan, Steven Donziger. El fraude era tan escandaloso que el juez consideró que la demanda ecuatoriana equivalía a una asociación ilícita para lograr extorsionar millones a Chevron.
Las leyes RICO, generalmente utilizadas para combatir el crimen organizado, ahora están siendo aplicadas en contra de Donziger y sus socios. El caso estaba tan corrompido que resulta imposible enumerar aquí todas las atrocidades cometidas.
Básicamente la corte determinó que los demandantes habían sobornado a todos en el Ecuador, empezando por los peritos “independientes” y llegando hasta los jueces. También corrompieron o mintieron a abogados y grupos científicos en los Estados Unidos (puede conocer todos los vergonzosos detalles en el reciente libro de Paul Barret “Law of the Jungle” o La Ley de la Selva).
Sin embargo, parecería ser que nada de estos turbios elementos habían sido percibidos por Mia Farrow. En el peor de los casos, apareció como una inocente rehén, una actriz que ingenuamente había estado intentando ayudar a los campesinos en su lucha en contra de los ricos y poderosos.
Pero esta impresión solo duró hasta que se supo que el gobierno ecuatoriano le había pagado en secreto $188.000 para que visitara la zona y promocionara con bombos y platillos la campaña en contra de Chevron. Es posible que su “mano sucia con petróleo, vista por el mundo entero” haya sido su rol más lucrativo en su carrera como actriz.
La verdad se filtró luego de que la compañía estadounidense que servía como canal para hacer los pagos fue obligada (bajo amenaza de enjuiciamiento) a revelar que había estado trabajando de manera secreta para el estado ecuatoriano.
El sueldo promedio en el Ecuador es de $300 por mes; el pago de $188.000 por un día de trabajo a Mia Farrow es una verdadera fortuna en el país. Por lo tanto, la respuesta de los periodistas, los medios sociales y el público en general ha sido muy condenatoria.
La excursión de Farrow al Ecuador fue noticia de primera página en el país; se publicaron caricaturas burlándose de ella y de otros famosos por haberse embolsillado astronómicas sumas de dinero mientras aparecían como preocupados por la situación en la zona.
Un mensaje en Twitter decía que su autor habría estado dispuesto a darse una ducha de petróleo solo por $10; otro dijo que hasta tomaría un baño de petróleo por $1,000.
Aquí en casa, Mia Farrow está muy activa en los medios sociales, pero no le pregunten por su actuación en el Ecuador; con toda seguridad te bloqueará más rápido de lo que puedas decir “rumble in the jungle” o fragor en la selva.
En una ocasión envió un tweet en el que admitió haber recibido dinero pero afirmaba que no había sido tanto lo que obtuvo. Pero cuando al mensaje le siguió una avalancha de burlas y sarcasmos, borró el mencionado tweet. Ahora se reúsa a responder preguntas sobre este escándalo.
No obstante, su público sudamericano está muy inquieto. No les ha gustado el giro que ha tomado esta historia… todos tienen muchas preguntas que hacer.
¿Será que Mia Farrow tiene el coraje de responder a las preguntas de sus críticos y aparecer otra vez en escena? Su público espera una respuesta.
Phelim McAleer es periodista y cineasta.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron, el artículo original en inglés puede ser visto aquí.
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