The New York Times 17/04/2017
Foto: The New York Times
Los ecuatorianos, cientos y miles de ellos, tomaron las calles para exigir de manera pacífica el recuento de los votos. Muchos simplemente no creyeron en el anuncio de los resultados de las elecciones del 2 de abril, que dieron la victoria al candidato del partido gobernante, Lenín Moreno, con el 51,15 por ciento de los votos, y señalaron que Guillermo Lasso, el candidato del partido Creo-SUMA, había obtenido el 48,85 por ciento.
Los ecuatorianos deben aclarar todas sus dudas acerca de lo que sucedió el día de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Desde entonces, estas dudas se han convertido en una oscura nube que se cierne sobre el gobierno del presidente Rafael Correa y, en especial, sobre el Concejo Nacional Electoral (CNE), que está bajo el estricto control del ejecutivo.
Fui candidato a la vicepresidencia en la boleta opositora, haciendo campaña sobre una plataforma del cambio. Queríamos rescatar las instituciones democráticas que han sido severamente afectadas durante la década de la presidencia de Correa. Queríamos construir un gobierno de consenso nacional que respetara las diferencias y pusiera fin a la persecución política.
Como un firme creyente de la democracia, me gustaría aceptar los resultados de las elecciones, pero no puedo, puesto que parece que la voluntad del pueblo ha sido violada. Me niego a ser cómplice del fraude.
Lo que Ecuador necesita es un regreso ordenado a una democracia en la que todos los actores políticos puedan participar en términos equitativos. Para esto, sus ciudadanos deben creer en los resultados de sus elecciones.
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