Semana 24/07/2017
Foto: Semana
Los ecuatorianos todavía tienen frescas en la memoria las imágenes del presidente Rafael Correa mientras abrazaba, con una sonrisa de oreja a oreja, al entonces candidato presidencial Lenín Moreno. Lo apoyaba totalmente, y Moreno recibía gustoso la bendición del popular presidente, que le resultó definitiva a la hora de ganar las elecciones. Pero no han pasado ni siquiera 100 días del nuevo gobierno, y ya Correa afirmó que ciertas acciones de su ahijado político, lejos de continuar con su legado, son “deslealtades y desaires”.
¿Qué pasó? Moreno tenía todas las características para ser el elegido de Correa. Fundó Alianza País, partido del proyecto político del exmandatario, y fue su vicepresidente entre 2007 y 2013. Recorrieron Ecuador juntos, y su discurso, al igual que el de Correa, siempre estuvo enfocado en las clases más necesitadas. Parecía un dúo inquebrantable, tanto es así que la oposición afirmó que Moreno no era más que una marioneta de Correa, que seguiría ciegamente sus instrucciones y proyectos políticos, para preparar un eventual regreso del caudillo.
Hoy en día ese escenario suena muy lejano y las razones del distanciamiento son varias. Para comenzar, se nota un evidente cambio de estilo. Si bien Correa se caracterizó por su comportamiento conflictivo, directo y aguerrido, el presidente Moreno ha mostrado en estas pocas semanas su énfasis por el diálogo, el consenso y la reconciliación, lo que ha de-satado las críticas de Correa.
Leer más aquí
Fuente OriginalNotas relacionadas