ABC 21/03/2018
Lenín Moreno acude a votar en Quito, en el referéndum celebrado del pasado 4 de febrero en Ecuador. Foto: ABC
Desmontar la oficina que espiaba y perseguía a opositores, disidentes y periodistas, durante el mandato de Rafael Correa, parece ser una de las decisiones más impactantes que ha tomado el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, en los 10 meses que lleva su gobierno. Conociendo su trascendencia, él mismo se encargó de dar la noticia en persona: «Recogiendo el clamor ético de la ciudadanía, he dispuesto iniciar el proceso de eliminación de la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain)», dijo el mandatario en su informe semanal, este lunes por la noche.
La reacción tuvo la dimensión del desprestigio de la entidad, acusada de la siniestra tarea de espiar y perseguir; pinchar teléfonos y sacar fotos de los opositores en cualquiera de sus actividades. En las redes sociales se celebró la desaparición de la Senain y de inmediato fue tendencia. Pero también fue casi unánime la petición de que se sancione a quienes tuvieron a su cargo forjar documentos y mantener «troll centers» para difundir infamias e imponer verdades.
«Lo mínimo que espero es tener acceso a mi expediente en la Senain porque quiero ver qué otras acciones tomaron en mi contra», dice la activista política Martha Roldós, de quien el diario oficialista El Telégrafo publicó correos privados de su ordenador. «Eso se hizo cuando se cerró la Stasi alemana; las víctimas fueron a buscar sus expedientes», dijo a ABC.
Otra víctima de la Seain, el exdiputado Cléver Jiménez, de quien se difundieron fotos en su propio dormitorio, comentó que el cierre es una decisión «correcta», pero pidió una auditoría profunda para poder determinar cuáles son los delitos que se han cometido no solo en el tema económico, sino en las acciones que realizó esta «organización delincuencial».
La Senain, creada en 2009 por Decreto Ejecutivo, contaba con unos 321 empleados. Al Estado le costaba unos 4,6 millones de dólares al año. Disponía de un fondo permanente de gastos especiales (reservados) asignados a actividades de inteligencia y contrainteligencia para protección interna, el mantenimiento del orden público y de la defensa nacional.
En 2015, cuando la empresa italiana Hacking Team sufrió un ataque cibernético, se descubrió que la Senain, creada durante el «correato», había adquirido el software «Galileo» a esa empresa, para penetrar celulares y ordenadores, así como para hacer capturas de correos y chats de WhatsApp. En más de una vez, en las redes se pudo ver conversaciones privadas, lo que prueba que se usó para atacar a los detractores del gobierno de Rafael Correa.
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