The New York Times 29/04/2019
Mónica Ojeda, autora de "Mandíbula". Foto: The New York Times
En 2007 Gabriela Alemán fue escogida por el Hay Festival como uno de los 39 autores menores de 39 años más importantes de América Latina. Diez años más tarde una segunda escritora ecuatoriana, Mónica Ojeda, fue también incluida en la prestigiosa selección.
Ese mismo 2017 Alemán —mientras su Poso Wells se traducía al inglés— publicó Humo, una novela sobre la historia de Paraguay y sobre las migraciones latinoamericanas que tuvo una gran repercusión en todo el continente.
Y, con la publicación de Mandíbula al año siguiente —destacada por varios medios de renombre entre las mejores novelas de 2018— Ojeda se convirtió en una de las jóvenes autoras en lengua española con más proyección internacional, con contratos de traducción al griego (Skarafima), al inglés (Coffee House) y al francés (Gallimard).
No son las únicas escritoras de Ecuador cuyas obras se publican, se leen y se recomiendan más allá de las fronteras de su país. Pelea de gallos, el primer libro de cuentos de María Fernanda Ampuero, publicado en España por Páginas de Espuma, ha sido muy bien recibido por la crítica y por el público a ambas orillas del Atlántico. Y el sello Candaya, tras publicar el libro de relatos La primera vez que vi un fantasma, de Solange Rodríguez Pappe, va a doblar la apuesta por la ficción ecuatoriana con el lanzamiento, antes de final de año, de la novela Siberia, de Daniela Alcívar Bellolio.
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