ABC España 13/04/2017
Manifestantes ecuatorianos protestan contra el «fraude» en las elecciones presidenciales, este lunes en Quito. Foto: ABC-EFE
El sorprendente desalojo policial, en la madrugada del martes, de cientos de simpatizantes del movimiento Creo-SUMA -que desde la noche del 2 de abril hacían vigilia en las afueras del Consejo Nacional Electoral (CNE)- motivó que este miércoles por la tarde numerosas personas acompañaran al candidato opositor, Guillermo Lasso, a presentar recurso de impugnación a los resultados electorales oficiales. Según el CNE, con el escrutinio del 100% de los votos, Lenín Moreno, del oficialista Alianza País, obtuvo 51,15% de los votos y Guillermo Lasso, de la alianza Creo-SUMA, el 48,85%. La oposición alega fraude electoral.
En la impugnación, presentada en los plazos legales, se menciona, entre otras cosas, que el 2 de abril, el día de las elecciones, hubo un apagón electoral de la página web del CNE que impidió a los ecuatorianos ver cómo avanzaba el escrutinio. Y que durante ese apagón «confluyeron irregularidades que crean dudas insalvables sobre todo el proceso de escrutinio».
También se alude que Creo-SUMA encontró 1.795 actas con firmas irregulares del presidente o secretario de la Junta; 2.448 actas con diferencias numéricas, y que, sumando los votos que componen todas esas actas con irregularidades, llega a un total aproximado de 1.098.196 votos.
Tras la entrega de la impugnación, al final de la tarde, los manifestantes se congregaron en la Plaza Argentina, en las inmediaciones del CNE. Lasso se dirigió a los asistentes y ratificó que jamás serán cómplices de un fraude, y «nunca reconoceremos un gobierno impuesto por la fuerza de un engaño».
El CNE tiene tres días para decidor si da curso o no a la impugnación. Luego, si Creo-SUMA no está de acuerdo con lo resuelto, pueden apelar al Tribunal Contencioso Electoral, que tiene ocho días para pronunciarse, explica Arturo Moscoso, profesor de Ciencia Política de la Universidad de las Américas. Moscoso no es optimista con el resultado a la impugnación, pues considera que el organismo electoral alegará que, para hacer el recuento, todas las actas deberían presentar inconsistencias. «Puede que para calmar los ánimos revisen unas pocas, que no van a cambiar el resultado», anticipa.
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