La República Ecuador 15/05/2015
Cuando algunos años atrás la revista Vanity Fair publicó una historia titulada “Jungle Law”, el propio Steve Donziger creyó que la historia produciría un cambio de paradigma que acabaría con una sentencia positiva en su caso judicial en contra de Chevron.
Cuando algunos años atrás la revista Vanity Fair publicó una historia titulada “Jungle Law”, el propio Steve Donziger creyó que la historia produciría un cambio de paradigma que acabaría con una sentencia positiva en su caso judicial en contra de Chevron. Donziger, abogado de un grupo de indígenas que desde hace veinte años buscan reparaciones por la supuesta contaminación dejada atrás por la petrolera Texaco (hoy absorbida por Chevron), probablemente no se imaginó que todas las maniobras fraudulentas llevadas a cabo por él mismo, acabarían saliendo a la luz.
Resulta que el verdadero “cambio de paradigma”, no fue la historia de Vanity Fair, sino una decisión del Juez Lewis Kaplan de la Corte del Distrito Sur de Nueva York, que permitió a Chevron iniciar un proceso de judicial en Estados Unidos en contra de Donziger y su equipo por haber conspirado para violar la ley y lograr una sentencia fraudulenta en Ecuador.
El juicio reveló todo tipo de maniobras fraudulentas, corruptas, y extorsivas que Donziger ejecutó. Frases como “nunca hubiésemos logrado esto del Juez si no lo hubiésemos presionado”, “las leyes y datos son secundarios, al fin y al cabo lo único que importa es la fuerza bruta” o, “los jueces ecuatorianos toman decisiones con base en quién temen más, no con base en lo que las leyes dicen”, son el tipo de ideas que guiaron las acciones de Donziger, y que para su pesar, quedaron registradas en las miles de horas de grabación del documental “Crudo”, a las cuales Chevron tuvo acceso por orden del Juez.
Un nuevo libro del Editor Senior de Bloomberg Businessweek, Paul Barrett, resume esta historia y hace referencia a algunos otros hechos poco conocidos. Por ejemplo, el libro relata como en 2006, Donziger y Pablo Fajardo (otro de los abogados principales del equipo legal) intercambiaron correos en los cuales discuten sobre el éxito de sus esfuerzos por evitar que la empresa estatal Petroecuador limpie ciertos pozos petroleros. Específicamente, Fajardo reconoce haber estado presionando al Presidente de la empresa para suspender todo tipo de remediación en el área donde Petroecuador operaba en conjunto con Texaco, ya que eso “eliminaría la evidencia”. En otras palabras: el abogado que logró recaudar millones de dólares para defender a los indígenas, no dudó en presionar al gobierno para bloquear cualquier tipo de remediación.
Otro punto de interés en esta historia es el inoperable modelo de negocios de Donziger para llevar adelante el juicio. A lo largo de los más de 20 años de acciones legales en diferentes cortes, Donziger fue vendiendo derechos sobre el juicio y solapando acuerdos con diferentes inversores y firmas de abogados, sin importarle cuanto dinero restaría para las remediaciones luego de cancelar las deudas con cada inversor. Un análisis forense realizado por Chevron y citado por Barrett, establece que si por ejemplo, las partes llegarán a un acuerdo por 100 millones de dólares, solo 1.5% acabaría como reparación para los habitantes de Lago Agrio. El restante 98.5% se dividiría entre inversores, gastos legales (incluidos los honorarios de Donziger), y gastos administrativos.
El caso Chevron parece tener en vilo al gobierno ecuatoriano. Tal como describí en un artículo anterior, el gobierno de Correa ha gastado en los últimos cinco años más de 10 millones de dólares en agencias de relaciones públicas en Estados Unidos. Los últimos contratos registrados con el Departamento de Justicia por una de estas agencias, muestran como la administración de Rafael Correa gastó más de medio millón de dólares en pagos a celebridades de Hollywood tales comoDanny Glover o Mia Farrow para visitar Ecuador y meter la mano en supuestos pozos contaminados, en el marco de la campaña “La Mano Sucia de Chevron”.
Es por eso que resulta de esperar que estos esfuerzos por parte del gobierno ecuatoriano se potencien ante las nuevas revelaciones del libro de Barrett. De hecho una nota publicada en Businessweek la semana pasada por el autor enseña como la agencia de relaciones públicas Ketchum, que también trabaja para el gobierno ecuatoriano, habría elaborado una estrategia para contrarrestar las afirmaciones del libro, utilizando la táctica de “desacreditar al mensajero”.
En sus notas personales, las cuales también son parte del proceso legal en la corte de New York, Donziger escribió: “I feel like I have gone over to the dark side” (“siento que me he convertido al lado oscuro”). El libro de Barrett narra esa transformación al lado oscuro, en lo que es una historia con todos los ingredientes posibles: hipocresía, corrupción, extorsión; una multinacional con ilimitados recursos para continuar su lucha; una comunidad indígena que luego de veinte años, continúa reclamando lo que considera justo, y detrás de todo, un abogado que ahogado en su propia vanidad perdió la oportunidad de hacer el bien.
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