The Wall Street Journal 29/03/2017
El fundador de WikiLeaks está apoyando al partido izquierdista. Nadie más debería hacerlo.
Dependiendo de cómo vayan las cosas en la segunda vuelta electoral presidencial del 2 de abril en Ecuador, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, pronto podría estar buscando un nuevo hogar.
En 2012 el Sr. Assange obtuvo asilo político en la embajada de Ecuador en Londres, donde consiguió evitar su deportación. Es buscado en Suecia para ser interrogado sobre acusaciones de agresión sexual, pero podría eventualmente ser enviado a los Estados Unidos, donde podría enfrentar un duro castigo por publicar material clasificado en el sitio Web, WikiLeaks.
Si gana el exbanquero que no forma parte de la clase política, Guillermo Lasso, del partido opositor CREO, él ha prometido desalojar al Sr. Assange. De ganar Lenín Moreno - el candidato escogido personalmente por el Presidente Rafael Correa - el hospedaje con asilo político del Sr. Assange probablemente siga garantizado.
La pregunta que se plantea en torno a Assange puede ser lo que atrae el interés del mundo desarrollado a esta elección en un pequeño país andino subdesarrollado de 16,5 millones de personas. Sin embargo, existen motivos más importantes para prestar atención. Los ecuatorianos tienen la oportunidad de liberarse del yugo del autoritarismo populista que el Sr. Correa y su partido, Alianza PAIS, han impuesto desde que asumió su cargo en 2007. Los resultados tendrán serias implicaciones para la lucha contra la tiranía en la región.
En Brasil, Argentina y Perú, donde las instituciones democráticas han resistido, los demagogos antidemocráticos han sido expulsados del poder durante los últimos años. Pero es demasiado tarde para Venezuela y Bolivia, ya que ambas naciones se han convertido en verdaderas dictaduras.
Colombia ha perdido su orgullosa tradición republicana de controles institucionales sobre el ejecutivo. El año pasado, el Presidente Juan Manuel Santos, desestimó los resultados de un plebiscito nacional, declaró la amnistía para los terroristas narcotraficantes de las FARC, y les otorgó escaños en el Congreso.
Ahora es el momento de la verdad en Ecuador.
El Sr. Correa tiene sed de poder, afinidad por Twitter y una conducta de intimidación. Él era un acólito del caudillo venezolano Hugo Chávez, quien murió en 2013. Durante la década que estuvo en el poder el señor Correa, las libertades civiles y el estado de derecho se fueron desintegrando en Ecuador.
En 2015 el Sr. Correa cambió la constitución para permitir la reelección indefinida de un presidente después de 2017. Este cambio debería haber necesitado un referéndum nacional. Pero ya que no contaba con el respaldo popular, utilizó su control del Congreso para obtener la aprobación. No se necesita mucha especulación para concluir que el Sr. Correa espera agregar su nombre a la creciente lista de dictadores latinoamericanos: Perón, Castro, Chávez, Ortega, Morales.
El Sr. Moreno es el representante del señor Correa en esta elección. El triunfo de Moreno es importante si el Sr. Correa desea estar protegido contra las diversas investigaciones por corrupción que exigen sus oponentes.
El Sr. Moreno también apartaría el lugar para el Sr. Correa hasta las elecciones de 2021, al igual que Dmitry Medvedev lo hizo para Vladimir Putin de 2008 a 2012. La reelección indefinida, ya legalizada, se encargará del resto.
El Sr. Moreno es un candidato decepcionante. A pesar de su período como vicepresidente del Sr. Correa, de 2007 a 2013, él es un político sin carisma. Sin embargo, su mayor problema puede ser el mal manejo de la economía del Sr. Correa, quien tiene un doctorado en economía de la Universidad de Illinois.
El Sr. Correa ha gobernado con mano de hierro, pero se vio restringido por la dolarización de Ecuador en 2000, que sigue siendo extremamente popular. Le impide imprimir dinero, obligándolo a financiar una política fiscal laxa con deuda. Esta ha sido una estrategia costosa porque el gobierno del señor Correa se endeuda a tasas elevadas con vencimientos a corto plazo.
La mayor parte de los costos del servicio de la deuda emitida en 2015 y 2016 se elevan 10% anual. Y el déficit presupuestario implica que la deuda sigue creciendo. Miles de millones de dólares en préstamos de China no son transparentes, ni forman parte de la deuda oficial. Pero ellos son pagados con envíos de petróleo ecuatoriano, poniendo más presión en el fisco.
La economía no creció en 2015, y el año pasado se contrajo un 2.3%. El Fondo Monetario Internacional prevé que disminuirá otro 2.7% este año y no crecerá de nuevo hasta el año 2021. Dadas las muchas violaciones de la constitución del Sr. Correa, está claro que si desea volver a elegirse, encontrará la manera de hacerlo. Pero él es lo suficientemente inteligente como para entregar este lío a alguien más.
Si hubiera elecciones limpias, el Sr. Lasso ganaría fácilmente. El Sr. Correa está yendo a los extremos para asegurarse de que eso no suceda. Le tomó tres días admitir que su candidato no obtuvo el 40% de los votos que necesitaba para ganar en la primera ronda el 19 de febrero. Él finalmente cedió, probablemente porque el general del Ejército encargado de brindar seguridad en las votaciones denunció el fraude cometido por el gobierno en las urnas. El Sr. Correa despidió al general el 5 de marzo.
El presidente está usando los recursos del Estado ecuatoriano, incluyendo su grupo grande de medios de comunicación, para una campaña sucia. Si se sale con la suya, estará sentando las bases para unirse al infame panteón de los dictadores latinoamericanos, y WikiLeaks sobrevivirá.
Escriba a O’Grady@wsj.com.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí.
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