La Nación 01/02/2016
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Se habló del "milagro ecuatoriano". Incluso, en un paralelismo con los "tigres asiáticos", en 2013 un funcionario alemán bautizó a Ecuador como el "jaguar latinoamericano". Sus palabras pegaron fuerte en ese entonces, pero hoy, con el precio del petróleo por el piso y el fortalecimiento del dólar, parecen ya muy lejanas.
La caída del precio del crudo y la desaceleración de China dejaron en claro que el "milagro" fue tan sólo un espejismo y pusieron en evidencia la vulnerabilidad del modelo económico de la "revolución ciudadana" impulsada por el presidente Rafael Correa.
Durante estos nueve años, el gobierno de Correa apostó al gasto público financiado con ingresos petroleros y deuda externa, y relegó al sector privado. De hecho, "en los últimos años el sector público representó el 44% del PBI de Ecuador y más de la mitad de la inversión total", señaló a LA NACIÓN José Hidalgo Pallares, director general de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes).
De acuerdo con el especialista, los años de bonanza petrolera permitieron incrementar la actividad y el consumo, "pero ahora que el gobierno se quedó sin recursos tuvo que recortar fuertemente el gasto y afectó así a la economía en su conjunto".
Desde el tercer trimestre del año pasado, el PBI de Ecuador registra contracciones interanuales y para 2016 el Banco Mundial proyecta una caída del 2%. Cordes pronostica que la contracción será mayor: 2,9%.
La desaceleración de la economía se explica también por los efectos de una elevada cotización del dólar estadounidense, moneda que usa Ecuador desde 2000.
"Si el gobierno de Correa hubiera aplicado los principios que deben regir un sistema dolarizado, el impacto de la apreciación del dólar sería mucho menor. Por ejemplo: tener fondos de ahorro, tener un Estado de tamaño manejable y acuerdos de comercio amplios con el mundo", explicó a LA NACIÓN el analista financiero ecuatoriano Pablo Lucio Paredes.
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