La Nacion 19/08/2015
A fines de junio pasado, Quito y Guayaquil fueron escenario de gigantescas manifestaciones pacíficas de repudio al autoritario presidente de Ecuador, Rafael Correa. Como es ya habitual en nuestra región, fueron convocadas a través de las redes sociales. Los alcaldes de ambas ciudades, Mauricio Rodas y el veterano Jaime Nebot, se unieron a la gente, encabezando las protestas masivas.
En otras manifestaciones simultáneas, en Machala y Cuenca, también las más altas autoridades locales se unieron a las manifestaciones de protesta. La excusa puntual apuntó al aumento del impuesto a la herencia, así como a la sanción de un nuevo tributo a la "plusvalía" en la revalorización de los inmuebles provocada por la especulación, o por la inversión pública. Aunque más allá de ello, el grito enfervorizado de la gente era: "¡Fuera Correa, Fuera!", que expresaba el creciente descontento que existe con la gestión de Rafael Correa y el rechazo a su creciente autoritarismo.
Ante la inminencia de la reciente visita del papa Francisco, Rafael Correa -ágil de reflejos- retiró "temporalmente" sus propuestas impositivas, tratando así de aquietar las aguas. Al menos por un rato. Y lo logró.
La visita de Francisco, como era previsible, generó un paréntesis de paz social, que se mantuvo hasta ahora. Hace pocos días, el presidente Correa expresó: "Lo más duro de las protestas ya ha pasado". Y agregó, sin embargo: "Ojalá no me equivoque". Para señalar, además, que las protestas -según él- se habían desvanecido "gracias a la fortaleza de la revolución ciudadana". Con su intolerante arrogancia natural, dirigiéndose a quienes no concuerdan con él, señaló: "Griten lo que se les dé la gana, me llena de orgullo cuando recibo un insulto de ciertos sectores del viejo país, pero aquí va a triunfar la democracia". Naturalmente, la noción de democracia que abraza Rafael Correa tiene muy poco que ver con ella. El presidente ecuatoriano es uno de los líderes bolivarianos que más ha hecho para silenciar a los medios libres, cercenar la libertad de prensa en su país y concentrar poder en sus manos.
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