PanAm Post 26/02/2016
Foto: PanAm Post
Hay un dicho popular en el Ecuador y en gran parte de Latinoamérica (con las variaciones correspondientes) que dice: “El que mucho abarca, poco aprieta”. En términos simples, lo que esto quiere decir es que si uno se plantea realizar varias cosas al mismo tiempo, es altamente probable que ninguna de ellas las pueda hacer bien. Esto es precisamente lo que le está sucediendo al Gobierno del Ecuador.
En años anteriores, cuando gozábamos de un alto precio del barril de petróleo, la planificación central del Gobierno de Ecuador extendió sus brazos a varios sectores de la economía, prometiendo un cambio “estructural” que tras varios intentos y gobernantes, no se logró. Las buenas condiciones externas permitieron a Rafael Correa incrementar el gasto público (y la deuda del país) hasta convertirse en el “benefactor” de turno. El gasto público se convirtió en el opio del país, haciéndonos creer que duraría para siempre.
En la actualidad, cuando las condiciones externas ponen contra la pared al Gobierno de la revolución ciudadana, los distintos sectores económicos que se vieron beneficiados por el gasto público en su momento están profundamente afectados. Dentro del sector de la salud, en las últimas semanas hemos evidenciado cómo dos clínicas privadas han despedido a trabajadores, a causa de deudas que mantiene el Gobierno con ellas. Deudas importantes en monto, por la atención que brindaron a afiliados de la seguridad social; y las cuales deben ahora ser asumidas por la administración de Correa.
Leer más aquí
Fuente OriginalNotas relacionadas