ABC 01/05/2018
Duelo por el asesinato del equipo periodístico de El Comercio. Foto: ABC
La guerra de Colombia contra las FARC hizo que los narcoterroristas desviaran gran parte de sus cargamentos de droga a través de Venezuela; ahora la paz está provocando otro derrame del narcotráfico, esta vez a Ecuador. Colombia evitó convertirse en el estado fallido que se predecía, y quien ha sucumbido como narcoestado ha sido Venezuela. ¿Qué será de Ecuador?
Desde comienzos de año se han producido nueve ataques contra instalaciones del Ejército y de la Policía en la provincia de Esmeraldas, en el norte de Ecuador, en la zona fronteriza con el sur colombiano. Fueron obra de elementos disidentes de las FARC: el frente Olivier Sinisterra, dirigido por Walter Arízala, alias Guacho. En esas acciones en suelo ecuatoriano el grupo mató a cuatro militares. Luego asesinó a tres civiles a los que había secuestrado (un equipo del diario El Comercio, compuesto por un reportero, un cámara y el chófer, cuya muerte impactó enormemente a todo Ecuador); eso mismo podría ocurrir con dos jóvenes a los que el grupo mantiene retenidos desde hace casi dos semanas.
Con el agravamiento de la situación el presidente Lenín Moreno convocó un gabinete de crisis, se reunió con su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, y desplegó en la densa jungla de la zona fronteriza cerca de 12.000 miembros del Ejército y de la Policía. Aunque se han practicado 42 detenciones vinculadas con el grupo del Guacho, el líder sigue sin localizarse. La necesidad de ofrecer una imagen de contundencia llevó a Moreno a sustituir la semana pasada a los ministros de Interior y de Defensa. Asimismo, ha firmado un acuerdo de colaboración con la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, de la que su antecesor, Rafael Correa, se mantenía a cierta distancia.
El derrame sobre Ecuador de toda esa violencia se debe a los cambios que el acuerdo de paz de Colombia está introduciendo en la dinámica del narcotráfico. La desmovilización de la mayor parte de los combatientes de las FARC y el acceso que el Ejército tiene ahora a determinadas zonas ha ido concentrando el cultivo de hoja de coca en los departamentos de Nariño, Putumayo y Cauca (los dos primeros lindan con Ecuador; el tercero está igualmente próximo) y Norte de Santander (fronterizo con Venezuela y donde opera la guerrilla del ELN), como ha indica el último informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Esa concentración del cultivo de coca en el suroeste de Colombia ha hecho crecer en intensidad las rutas que llevan la droga a Estados Unidos por el Pacífico (el 82%), frente a un descenso de la droga que salía por Venezuela.Tumaco, el último puerto del Pacífico colombiano antes de pasar a Ecuador, se ha convertido en un gran punto exportador.
Pero no es solo una cuestión de mayor concentración del cultivo y producción en esas zonas, sino que además la disidencia de las FARC ha comenzado a operar como cualquier otra organización de crimen trasnacional, sin las limitaciones que podía tener antes por ciertas apariencias que debía guardar.
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