Diario Las Américas 13/02/2017
Foto: El Comercio
Las elecciones en Ecuador del próximo 19 de Febrero (19F) se realizarán bajo el modelo del socialismo del siglo XXI (SSXXI) que ha impuesto el fraude y la ventaja ilegal a favor del oficialismo, sin condiciones de democracia, impidiendo que sean transparentes, libres y justas. Rafael Correa -acosado por su responsabilidad por la crisis y corroído por la corrupción- dirige la campaña de sus candidatos Lenin Moreno-Jorge Glas dando demasiadas muestras que pelea por su garantía de impunidad. Ecuador recuperará la democracia y se liberará de la dictadura derrotando el fraude y la corrupción.
El modelo electoral del SSXXI, aplicado en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, está diseñado para que haya elecciones, haya votación pero siempre gane el oficialismo. El margen de triunfo de la oposición debe ser muy grande para neutralizar el fraude oficialista como sucedió en las elecciones 2015 para la Asamblea de Venezuela o en el referéndum del 21F en Bolivia. Enfrentamos la coartada con la que las dictaduras nacidas del proyecto castro-chavista en la región, se presentan como democracias alegando que el pueblo vota, cuando en realidad le quitan al proceso electoral las características de ser transparentes, “libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo”, como manda el Art. 3 de la Carta Democrática Interamericana.
En las elecciones del 19F los electores ecuatorianos recibirán 5 papeletas para elegir presidente y vicepresidente de la República, asambleístas nacionales, legisladores provinciales, parlamentarios andinos y la quinta de consulta sobre los paraísos fiscales. La lucha está centrada en la elección de presidente y vicepresidente, por eso el “fraude institucionalizado para simular democracia” abarca como mínimo: el control de los órganos electorales y judiciales cuyos personeros responden al régimen; el cambio la organización territorial electoral a favor del oficialismo; la modificación del porcentaje para ser elegido, pues ahora para ganar en la primera vuelta solo se necesita el 40% de “votos válidos” con ventaja del 10% sobre el segundo; la manipulación de inscripción ciudadana, al extremo que sobre una población de poco más 16 millones de ecuatorianos hay 12,4 millones de votantes registrados, lo que representa que en Ecuador supuestamente votan más del 78% de los habitantes!!; la inhabilitación de candidatos como Villavicencio y otros; la utilización de todo el aparato del estado a favor de la candidatura oficialista con Correa como jefe de campaña; la utilización de medios de comunicación y espacios del gobierno para campaña oficialista en desventaja para los opositores; el cohecho y la prebenda electorales operados desde el gobierno…
Existen denuncias de que más de un millón de muertos están inscritos y que podrían participar para ayudar al régimen, porque el indicador más grave es el sistema de cómputo de los votos válidos, nulos y blancos. El Universo ha publicado la opinión de Germán Rojas, experto en matemática electoral, quien plantea que en caso de que el 20% de los votantes anule o deje en blanco, un binomio presidencial puede ser escogido en primera vuelta si alcanza el 32% de los votos totales (incluyendo los nulos y blancos) y si quien le sigue tiene menos del 24%. Así “ni siquiera la tercera parte de los electores ya elegiría a un presidente, porque en vez de que la mayoría absoluta sea en función del total de votos, se la calcula del total de lo que se conoce como votos válidos”. El sistema electoral con el gran número de inscritos para votar, estaría arreglado para que el oficialismo con solo el 32% de votos “elija fraudulentamente” a Lenin Moreno y Jorge Glas en la primera vuelta.
Así resumido el fraude, el tema de la corrupción es de escándalo. Entre otros casos, el denominado “lava jato”, o sea la corrupción creada por el Foro de Sao Paolo a partir de los gobiernos del Partido de los Trabajadores de Lula y Rousseff en Brasil y expandido por toda la región, incrimina directamente a Rafael Correa y su gobierno porque el Departamento de Justicia de EEUU ha revelado que 35.5 millones de dólares fueron entregados por Odebercht como sobornos en Ecuador. Correa ha reaccionado pidiendo “beneficio de inventario” (¡!??) e implementando acciones de estado –fiscal oficialista de por medio- para evitar que se conozcan los nombres de las personas que recibieron o intervinieron en los sobornos, logrando –hasta ahora con éxito- que no aparezcan ni se confirmen nombres de su entorno, el suyo ¿o como señalan las redes sociales, el de su candidatos a la presidencia y vice presidencia? En este caso Correa está señalado por lo menos como encubridor y parece que “el que tapa otorga”.
Otros escándalos de corrupción como el caso Petroecuador con denuncias de su ex presidente Capaya contra su propio gobierno y concretamente contra el candidato Jorge Glas, como lo ha registrado el Miami Herald y otros medios, hacen urgente la necesidad de que la formula oficialista gane las elecciones del 19F en primera vuelta, objetivo que solo pueden conseguir con fraude. La necesidad de Rafael Correa de imponer el triunfo de Lenin Moreno-Jorge Glas, tal vez se está viendo acrecentada ante su miedo de seguir los pasos del ex presidente del Perú Alejandro Toledo ahora acusado por la corrupción Odeberecht, con orden de prisión y recompensa en dólares por su captura.
En la segunda vuelta los candidatos oficialistas no tienen ninguna opción. Si el resultado del 19F es una segunda vuelta electoral, cualquiera sea el candidato que resulte segundo, éste se vislumbra como seguro ganador y próximo presidente de Ecuador, porque en términos reales y de acuerdo a todas las encuestas –incluso las oficialistas- el Ecuador quiere cambio y el SSXXI correista tiene a más de dos tercios de los ecuatorianos en contra por muy justificadas razones.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
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