Infobae 14/10/2019
Protestas en Ecuador. Foto: Infobae
La agresión que se produce contra el pueblo y el Estado de Ecuador no es una cuestión de política interna, se trata de un ataque transnacional perpetrado por el más peligroso grupo de delincuencia organizada que detenta el poder político en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y que oprimió por diez años a Ecuador con el dictador Rafael Correa. El “castrochavismo” se ensaña con Ecuador porque necesita revertir el retorno a la libertad y la democracia que amenaza su impunidad. Ahora es Ecuador está bajo ataque del terrorismo castrochavista, pero la cuestión es ¿quién sigue?
Castrochavismo es “el sistema de crimen organizado transnacional que usurpa el poder político en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua, que debe ser tratado como una estructura de delincuencia organizada y no como un proceso político. La gravedad, recurrencia, reincidencia e impunidad de los crímenes que cometen los Castro/Díaz Canel, Maduro, Morales, Ortega/Murillo y los integrantes de sus regímenes, sumada a la estructura transnacional que han desarrollado, ha reducido a estado de indefensión a los pueblos oprimidos y representa la amenaza mas grave para la paz y seguridad de las Américas”.
Este concepto contenido en el libro “Castrochavismo, crimen organizado en las Américas” se está validando con los hechos que se perpetran en Ecuador, donde con pretexto de rechazar la supresión de subvenciones al diesel y la gasolina, con pantalla de movilización indígena, se ejecuta un plan de acciones terroristas para derrocar al Presidente Lenin Moreno con el propósito -confesado por Rafael Correa- de volver al poder.
Los viajes de Correa a Venezuela y Cuba, sus declaraciones y actividad en redes sociales, son evidencia plena de que los hechos criminales que acaecen en Ecuador estaban preparados y solo aguardaban un pretexto o detonante que fue dado con el decreto sobre los subsidios de carburantes. El carácter transnacional de la agresión fue confesado desde Venezuela por Diosdado Cabello, quien reconoció la intervención castrochavista en los procesos de desestabilización de Ecuador, Perú, Colombia y otros países, con el criminal sofisma de “brisista bolivariana”. Los hechos demuestran las acciones de extranjeros en Ecuador.
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