El País 18/09/2017
Foto: El País
Lenín Moreno ha comparecido este viernes ante los medios visiblemente enojado. Su rostro y su voz, inusualmente contrariados, acompañaban una denuncia contra Rafael Correa por haber dejado en el despacho presidencial una cámara oculta, que monitoreaba desde su teléfono móvil, sin haberle informado. "Sucede que el día de ayer estaba funcionando y no sabemos cuántas veces ha estado funcionando, porque fue por casualidad que el Servicio de Protección Presidencial se acercó, sintió algo caliente la pared y se dio cuenta de que la cámara estaba encendida", ha explicado Moreno.
La cámara oculta, según la denuncia presidencial, fue instalada hace siete u ocho años por orden del entonces presidente Rafael Correa y "todo el Servicio de Protección Presidencial (anterior) sabía de su existencia". Por eso, Moreno reclamó explícitamente a los miembros del cuerpo de seguridad de Correa y al exmandatario por no haber tenido "la delicadeza" de informarle de que había cámaras instaladas en su despacho en el Palacio de Carondelet, en Quito.
El hallazgo, denunciado públicamente, no solo evidenció una vez más el distanciamiento entre Lenín Moreno y su predecesor en el Gobierno de Ecuador, sino que levantó las suspicacias del mandatario. "Lo gracioso es que todo el mundo sabe que todos los días a las 8.00 se hace un barrido a las cámaras", ha explicado dando a entender que de forma intencionada se evitaba el control rutinario de los equipos, manteniendo en ese momento la cámara apagada para después poder "encenderla cuando quieran", según la sospecha del presidente que lleva en el cargo desde el 24 de mayo.
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