The Litigation Daily 16/10/2013
(Nota del editor: Michael Goldbaher de The American Lawyer enviará informes desde el juicio que se ventila sin la presencia de un jurado ante la corte federal de Manhattan en el caso Chevron Corp. vs. Donziger et al. Para conocer sobre los antecedentes del caso, las partes involucradas y el tema del que trata, vea este análisis previo aquí)
Cuando finalmente llegó el primer día del juicio contra el abogado neoyorquino Steven Donziger, él no supo defender su caso. Prácticamente argumentó a favor de Chevron Corporation, quien lo acusa de orquestar un plan para extorsionar a la compañía petrolera por 19.000 millones de dólares, al manipular secretamente una demanda ambiental en Ecuador.
"Muchísima evidencia en este caso sale de la propia boca de Steven Donziger”, declaró Randy Mastro de Gibson, Dunn & Crutcher en el testimonio de apertura de Chevron.
Apuntando reiteradamente a Donziger, quien apareció sentado e impasible luciendo dos pulseras de tela “arcoíris” en su muñeca, Mastro presentaba citas sobre las escenas y tomas descartadas del documental “Crude”, que Chevron obtuvo en 2010, luego de una encarnizada batalla en torno a la Primera Enmienda (para ver las tomas exclusivas de The American Lawyer, por favor acceda a Chevron en Ecuador: los videos que los demandantes no quieren que vea)
En la película se muestra a Donziger mientras se preparaba para emboscar a un juez ecuatoriano en su despacho con un equipo de noticias de la televisión local, diciendo al cineasta: "Esto es algo que uno no haría nunca en Estados Unidos. Pero en Ecuador, tu sabes, así es cómo se juega., el juego es sucio”. Mastro citó la toma en su declaración inicial y remarcó: "Así es cómo Donziger jugó el juego. Sucio".
Mastro citó las observaciones comprometedoras de Donziger en las que sostiene que el papel de un abogado de los demandantes es “hacer maldito dinero” y que la evidencia presentada a la corte ecuatoriana no era “más que mucho humo, espejos y mierda”, además de referirse a cómo Donziger se jactaba de que su caso había creado “un nuevo paradigma”.
De hecho, argumentó Mastro, esta es una ya "conocida historia de mafiosos que apuntan a los grandes capitales para dar un gran golpe”. Chevron alega que Donziger planeó una conspiración que se encuadra bajo la ley RICO, con acciones que involucran fraude postal y electrónico, extorsión, soborno, obstrucción a la justicia, manipulación de testigos y lavado de dinero. Mastro apunta a contar esta historia a través de la vieja técnica del abogado acusador de “voltear” a los supuestos cómplices; no menos de 17 ex colegas de Donziger figuran como testigos.
Mastro sostuvo que Chevron busca demostrar que los supuestos conspiradores en el litigio ecuatoriano redactaron, a nombre de otros, un informe general sobre daños, así como algunos de los informes de sus propios expertos, además de una de las declaraciones juradas de su experto ambiental, nueve órdenes judiciales y gran parte de la propia sentencia final. Las "huellas" que aparecen en la sentencia, argumentó Mastro, se revelan en los numerosos errores tipográficos y de cálculo, así como en citas erróneas e inexactitudes sobre la ley que fueron extraídos de los documentos contenidos en el disco duro de Donziger y no en los expedientes de la corte.
Chevron también apunta a establecer que Donziger y sus clientes mintieron a las cortes de los Estados Unidos, así como a los reguladores y al Congreso al ocultar la redacción clandestina del informe sobre daños firmado por Richard Cabrera. Una vez más, Mastro citó a Donziger: "Si uno repite una mentira mil veces, ésta se convierte en una verdad”.
Richard Friedman de Friedman Rubin Law Offices, quien aceptó representar a Donziger hace sólo dos semanas, usó un tono de bajo perfil en su declaración inicial: "El tiempo de los insultos acabó".
Al desestimar las ocasionales escandalosas declaraciones de Donziger calificándolas de “exabruptos” fuera de contexto, Friedman agrupó las acusaciones de Chevron en tres bloques separados que se encargó de disipar con celeridad. En primer lugar sostuvo que el fraude de Cabrera y varias otras acusaciones no tenían efecto alguno sobre la sentencia ecuatoriana. En cuanto a la acusación de soborno, Friedman dijo que dependía exclusivamente del testimonio de un solo testigo deshonesto, quien está cobrando una fortuna de Chevron (En su declaración inicial, Mastro también citó amplia evidencia forense, registros de envíos y registros bancarios).
Al argumentar a favor de los dos litigantes ecuatorianos quienes también están enfrentando las acusaciones de fraude de Chevron, el abogado Julio Gomez expresó con asombro que una de las compañías más grandes del mundo pueda ser víctima de “un campesino, alguien que opera una canoa y un par de abogados que trabajan desde un departamento”. Dió a entender que Chevron estaba desesperada por llevar el caso de regreso a los Estados Unidos porque los jueces estadounidenses carecen de la valentía necesaria para otorgar una sentencia de 19.000 millones de dólares por contaminación en el Amazonas. ¿Cuándo fue la última vez que una corte estadounidense tuvo las agallas para hacer algo así?, preguntó.
El cliente de Gomez, Javier Piaguaje Payaguaje, quien opera una canoa en el río Aguarico, estaba presente en la corte, vistiendo una túnica de algodón blanca con dibujos de tucanes y guacamayos, una corona de la tribu Secoya con plumas de tucanes y guacamayos y gafas de montura ligera colgando de un collar de conchas. “Somos las verdaderas víctimas”, dijo Piaguaje al Litigation Daily a través de un intérprete.
El resto del primer día fue ocupado por el contra interrogatorio del abogado de Chevron, Ricardo Reis Veiga, y especialmente por las discusiones entre los abogados y el juez federal Lewis Kaplan sobre la admisibilidad de la evidencia que Friedman deseaba presentar en relación a los distintos esfuerzos de Chevron por detener el litigio ecuatoriano a través del cabildeo, las relaciones públicas y la investigación privada.
El juez Kaplan postergó un fallo sobre la evidencia relacionada con la supuesta trampa puesta por Chevron al juez Juan Nuñez (Ver El remordimiento del comprador de foros). Pero excluyó la mayoría de las pruebas cuestionadas, rechazando la sugerencia de una similitud entre el aparente comportamiento legal de Chevron y la supuesta conducta ilegal de Donziger con la observación: "Este es un intento por comparar un carro de manzanas con un camión cargado de naranjas”.
Friedman sostuvo que las pruebas sobre el comportamiento de Chevron, tanto dentro como fuera de la corte son pertinentes ya que por equidad una de las partes que tenga las manos sucias no puede acusar a otra que está en iguales condiciones. Pero el juez Kaplan respondió que un poco de suciedad era irrelevante. "No le están demandando por publicar avisos”, le dijo a Friedman. "No le están demandando por contar con una estrategia de relaciones públicas o por el contenido de dicha estrategia. No le están demandando por litigar una demanda una o por la demanda en sí. No es eso lo que están haciendo”.
Ésta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original puede ser visto aquí
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