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¡(N)O Canadá!

National Review - Jack Fowler 10/02/2017

Incluso en el clima más liberal de nuestros vecinos del norte, se desploman los esquemas descarados y las estafas urdidas y perpetradas por un Steven Donziger, litigante extraordinario, enemigo de Chevron, repetido perdedor y masoquista legal. Ahab tuvo mejor suerte con Moby.

La historia en breve: Los militantes izquierdo-ambientalistas conspiraron para convertir a Chevron en un cajero automático para financiar sus operaciones y sus bolsillos. La acusación: Texaco (el predecesor de Chevron) no remedió sus viejos sitios de perforación de petróleo en Ecuador, generando contaminación que produjo cáncer y enfermedades a los habitantes. Se entabló un juicio local, instigado y coreografiado por Donziger & Co., financiada por diversos fondos de cobertura y oportunistas (que, al igual que Patton Boggs, lamentaron mucho su participación). En Quito, los jueces y los expertos fueron comprados, el gobierno también estaba a bordo, y un juicio, si eso es lo que se puede llamar, terminó con una sentencia judicial masiva (más de $17 mil millones de dólares) contra Chevron.

Pero a diferencia de muchas corporaciones titubeantes que les temblaron las rodillas contra los izquierdistas, Chevron luchó en los tribunales de los Estados Unidos y en otros lugares, entablando cargos fundamentados en la famosa ley RICO contra la banda de piratas de Donziger. Con muchos de sus sobornos y manipulación de datos confirmados a través de análisis forense (y por sus propias fanfarronadas frente a las cámaras), en 2014, el Juez de Distrito de los EE. UU., Lewis Kaplan, puso orden, dictaminando que la extorsión contra Chevron fue, cómo lo planteó el New York Times: "El Sr. Donziger, un abogado de Manhattan, y su equipo litigante se involucraron en una conspiración y en conductas criminales". El año pasado, el Segundo Tribunal de Circuito de Apelaciones confirmó el fallo de Kaplan. Para entonces, el asunto, había ganado el título de "el fraude legal del siglo". Muy merecidamente.

Por desgracia, sin ningún sentimiento de vergüenza, y obsesionado con cobrar a Chevron, Donziger en 2015 llevó su absurdo acto a Canadá, esperando que las cortes de ese país hicieran cumplir la sentencia dictada en Ecuador. Conrad Black explicó la idiotez de esta nueva táctica y el lugar. Escuchando o no la sabiduría de Lord Black, el 20 de enero de 2017, el Tribunal Superior de Justicia de Ontario dijo a Donziger, en esencia, que hiciera lo que pudiera con las arenas bituminosas. Otra victoria para Chevron (que nos orgullecemos de decir, es un anunciante de NR). El pasado viernes, los demandantes ecuatorianos apelaron la sentencia. Y así sucesivamente.

Habiendo informado sobre este caso desde hace unos años, creo ya pasó mucho tiempo como para que toda esta locura finalizara, excepto en un aspecto. Donziger necesita ser procesado judicialmente.

"Imagínese si un conservador . . . " - ese argumento también es viejo. Pero es verdad. Si Donziger hubiera estando dirigiendo una estafa conservadora para desplumar, digamos, una empresa de energía verde (quizás a nombre de las águilas calvas molidas por turbinas de viento), y si un juez federal y un tribunal de apelaciones hubieran dictaminado que era una flagrante violación a RICO, la administración Obama habría dejado caer el martillo de la fiscalía y entablado cargos por violación de la ley RICO contra Donziger - él es, después de todo, un mafioso. Pero ahora con el triunfo de la administración Trump, quizás haya llegado la hora de que Preet Bharara, el temido Fiscal del Distrito Sur de Nueva York, haga lo que debería haber hecho hace casi tres años cuando Kaplan emitió su increíble fallo judicial. Hasta que Bharara haga eso, Donziger recorrerá el mundo, buscando la ruina de corporaciones estadounidenses inocentes y de sus accionistas.

Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí

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