Forbes 24/04/2018
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La saga Chevron/Ecuador puede estar en terapia intensiva en Brasil, Argentina y los Estados Unidos, pero aún está viva y respirando (si no dando patadas) en Toronto, Canadá. [Nota al margen: Aunque nací en Nueva York, mis padres se mudaron a Toronto cuando yo era un niño. Yo crecí allí y mi madre aún vive allí. Eso lo tengo que aclarar. No tengo ningún vínculo con los demandantes, ni con los demandados en el caso Chevron].
Para aquellos (¿pocos?) que no saben nada acerca de esta saga, por favor utilicen los enlaces apropiados para ver mis numerosas columnas anteriores. Aquí presento una versión muy abreviada: Texaco operó una joint venture con una empresa estatal en Ecuador. Texaco abandonó la joint venture, realizó una limpieza ambiental que el gobierno de Ecuador consideró completa, y fue certificada por Ecuador de estar libre de cualquier responsabilidad. Pasaron los años, la empresa estatal ecuatoriana siguió operando el sitio sola, y mucha de la terrible contaminación sucedió. Mientras tanto, en los EE. UU., Chevron Corp. compróTexaco. Los nativos ecuatorianos, respaldados por un abogado estadounidense y por su gobierno, demandaron a Chevron por miles de millones. Obtuvieron una sentencia judicial por $9.500 millones contra Chevron Corp. en la Corte Suprema de Ecuador, pero como Chevron Corp. no tenía activos en ese país, intentaron ejecutar la decisión de los Estados Unidos. Por desgracia, todo el proceso ecuatoriano estuvo manchado por corrupción -- de hecho, la sentencia original de la corte ecuatoriana fue escrita fraudulentamente y fue producto de sobornos, de acuerdo a los hallazgos exhaustivos obtenidos por la Corte de Distrito de Estados Unidos, que se negó a ejecutar la sentencia en suelo estadounidense. El Wall Street Journal lo llamó el "fraude legal del siglo".
Las autoridades brasileñas y argentinas desde entonces han estado de acuerdo con la Corte de Distrito de Estados Unidos de que la sentencia ecuatoriana está viciada y no debe ejecutarse. ¿Qué tiene que ver Canadá con esto? Chevron Corp. no tiene activos en Canadá, pero eso no ha detenido a los demandantes de intentar poner su mano en el Gran Norte Blanco. Los demandantes desean ejecutar la sentencia contra Chevron Canada, una empresa que nunca tuvo actividad alguna en Ecuador y que no compró a Texaco.
Yo no soy responsable del mal comportamiento de mi hermano o de mi primo, o de mi padre, o de mi abuelo, incluso si tenemos el mismo apellido. Chevron Canada no es responsable del inexistente mal comportamiento de Chevron Corp (una decisión que, en realidad culpa a Texaco por la contaminación y que se descubrió de haber sido corruptamente comprada). El caso canadiense de los demandantes fue desestimado por una corte de Ontario en 2017, y no debería ser algo complicado para la corte provincial de apelaciones, que acaba de escuchar argumentos los días 17 y 18 de abril.
Los demandantes fueron acompañados a la Corte de Apelaciones por indios nativos canadienses que los apoyaron. "Los derechos de los inversionistas no deben estar sobre los derechos de los pueblos indígenas", declaró Perry Bellegarde, jefe nacional de la Asamblea de las Primeras Naciones, que acudió para observar el proceso y dar su apoyo a los indígenas ecuatorianos. El Sr. Bellegarde seguramente tiene la razón en ello, pero no existen derechos de los indígenas sobre los activos de una empresa que no les hizo daño. El Estado de Derecho garantiza la protección de los derechos de todos, indígenas o no, y todos estamos en peligro en caso de que el Estado de Derecho sea ignorado. Y un principio fundamental del Estado de Derecho es que las corporaciones son entidades jurídicas distintas y que, a menos que una empresa sea fraudulentamente creada, no es responsable por los delitos (no es que haya habido delitos, el autor reitera con indignación) de otra. No se ha presentado ninguna evidencia de que Chevron Canada fue creada para evitar la responsabilidad en Ecuador de Chevron Corp, y no hay pruebas que puedan presentarse en ese sentido porque serían ridículamente falsas. Chevron Canada es una compañía legítima que busca y comercializa petróleo y gas dentro de Canadá. No tiene ninguna responsabilidad por la contaminación que se produjo en un país donde nunca ha operado.
Aquellos que simpatizan con Chevron Corp. (que digo ahora totalmente indignado, no es el principal acusado en el caso de Ontario) tengan en cuenta que uno de los testigos del proceso ecuatoriano fraudulento, el juez Eduardo Guerra, se ha retractado de su declaración jurada en el sentido de que recibió sobornos a favor de los demandantes. Lo siento, pero su retractación no es importante. Kaplan, Juez de Distrito de los Estados Unidos, rechazó expresamente cualquier idea de que la defensa de Chevron dependía de Guerra. El Juez Kaplan escribió, “Como la opinión de la corte deja en claro, esta Corte habría alcanzado precisamente el mismo resultado en este caso sin el testimonio de Alberto Guerra”. El juez señaló que Guerra y a su familia inmediata han tenido que ser trasladados por Chevron hacia Estados Unidos debido a "a graves riesgos en su seguridad personal si hubieran permanecido en Ecuador". Obviamente, Guerra aún tiene familia en su país natal y es vulnerable. Su testimonio fue de importancia marginal, ya que hubo abrumadora evidencia de fraude.
Así que los demandantes de Ontario tienen tres problemas. El primer problema es que se le pide a la Corte que responsabilice a X (Chevron Canada) de la presunta responsabilidad extracontractual de Y (Chevron Corp) cuando X de ninguna manera es legalmente responsable por las acciones de Y. El segundo problema es que una corte irregular dictaminó que Y era responsable. El tercer problema es quea las cortes de Ontario, a diferencia de sus contrapartes ecuatorianas, tienen una reputación de respetar el estado de derecho, razón por la cual Canadá en general (y Ontario en particular) han sido lugares seguros en donde invertir.
La situación de los nativos ecuatorianos es muy triste. Ellos probablemente solo tendrán a su propio gobierno socialista para culpar por sus verdaderos problemas de salud. Sus esfuerzos desesperados por manchar a Chevron generan deshonra para ellos y para su país.
Michael Krauss es Profesor de Derecho en la Escuela de Derecho Antonin Scalia, de la Universidad George Mason, y es un reconocido estudioso del derecho de responsabilidad civil y ética jurídica. Su página Web está aquí.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí
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