National Review 26/09/2016
Hay una sensación de eternidad con relación al esfuerzo global izquierdista para defraudar a Chevron (un anunciante del National Review, que Dios los bendiga) a través de la falsa afirmación de que, a comienzos de los 90s, Texaco (el gigante petrolero ahora propiedad de Chevron) contaminó y no pudo remediar la selva de Ecuador e hizo que se enfermaran muchos nativos.
Es ampliamente reconocido en la prensa de negocios como el "fraude legal del siglo", el esquema de extorsión ha sido apaleado en las cortes federales estadounidenses, que han ratificado los cargos civiles de RICO contra Steven Donziger, el abogado izquierdista - una mezcla entre Saul Alinsky y Ponzi - quien ideó el complot para convertir a Chevron en un cajero automático para los pseudo activistas verdes. Lo que él no planificó fue una defensa decidida por parte de su víctima.
Vencido y herido, y quizás preguntándose por qué el Fiscal de los Estados Unidos en Nueva York aún no entabla cargos penales RICO contra él, Donzinger ha llevado su esquema a Canadá, con la esperanza de hacer que las cortes allá -donde Chevron tiene activos - caigan en su farsa. Las audiencias preliminares se llevaron a cabo la semana pasada. Un buen resumen de su última fase de La Izquierda vs. Chevron se puede encontrar en el informe de Forbes de Michael Krauss. Todavía no se emite ningún fallo en relación a la demanda de Donziger. Permanezcan atentos.
He escrito sobre este caso en muchas ocasiones, y me alegro de poder repetir lo que se ha dicho antes: que, aunque la lucha puede ser agotadora, los conservadores deben tomar consuelo en el hecho de que, en una época donde las corporaciones se arrodillan y rinden homenaje a los demagogos y charlatanes multiculturales, hay al menos una corporación que no lo hace. Sin importar el hemisferio.
Esta es una traducción no oficial realizada por Chevron. El artículo original en inglés puede ser visto aquí
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