El American 04/03/2022
El caso del abogado americano Steven Donziger, es el mejor ejemplo de cómo la izquierda en el mundo y en Estados Unidos, es capaz de convertir a un individuo acusado de corrupción, en un mártir que presuntamente merece ser glorificado por su supuesta heroicidad.
Donziger fue encontrado responsable de falsificar pruebas y emprender prácticas corruptas para ganar un juicio contra la reconocida empresa petrolera Chevron. Las pruebas demostraron que el abogado estuvo detrás de sobornos para que la Justicia ecuatoriana dictara un veredicto a su favor.
Una corte federal de Estados Unidos demostró el 4 de marzo de 2014 que Donziger participó en todo tipo de maniobras para que la justicia ecuatoriana emitiera una sentencia contra Chevron. Sin embargo, medios de comunicación deciden dibujar una imagen de héroe que la historia del caso se ha encargado de desmontar.
Medios como The Hill, Democracy Now!, Axios, Bloomberg News y The Nation, lo describieron como un héroe ambiental víctima de los intereses de las grandes petroleras. Bloomberg, en particular, aduló cómo “los videos etiquetados como #freedonziger se han visto más de 700,000 veces en TikTok”.
“Este abogado debería ser mundialmente famoso por su batalla con Chevron, pero está en la cárcel”, dijo la columnista de The Guardian, Erin Brockovich.
Pero líderes de izquierda ignoran que la Justicia de Estados Unidos determinó que Donziger violó leyes federales contra el crimen organizado cometiendo fraude, lavado de dinero, manipulación de testigos y obstrucción de la Justicia.
Congresistas como el demócrata Chuy García, Alexandria Ocasio-Cortez, Rashida Tlaib, han salido a defenderlo. Líderes “sociales” como Greta Thunberg también; y así como ellos, artistas de renombre también embelesados con el comunismo, definen a Donziger como una víctima y no como el responsable de sobornar y manipular un juicio que terminó convertido en un intento de extorsión empresarial.
Hasta Roger Waters lo ha calificado de “amigo” y condenó a Chevron en sus redes sociales como si la Justicia americana no fuera independiente. No es de extrañar que Waters se involucre en la causa, pues ya ha mostrado su admiración por la tiranía chavista y por el comunista Gabriel Boric en Chile.
El caso se remonta a las operaciones de Texaco junto a la estatal petrolera Petrocuador, en la Amazonía ecuatoriana y que terminaron en 1990. Si bien Texaco remedió su parte de los impactos ambientales y fue liberada por el gobierno de cualquier responsabilidad en 1998, Chevron sigue siendo acusada falsamente de contaminación ambiental en Ecuador.
Dozinger, el ecuatoriano Pablo Fajardo y un grupo de abogados demandaron a Chevron, que adquirió Texaco, y montaron una campaña de extorsión, fraude y sobornos para obtener una sentencia a su favor; al tiempo, emprendieron una campaña de desprestigio contra la empresa, a la que posteriormente se uniría el Gobierno de Rafael Correa, quien contrató a una agencia de publicidad en USA por más de $6.4 millones, y que incluía actores pagos como Mia Farrow o Sharon Stone, tratando de presionar a Chevron para que pagara una indemnización.
Luego de que en Ecuador los jueces sobornados dictaron una sentencia en contra de Chevron por más de $9.500 millones, la petrolera americana acudió a la Justicia de Estados Unidos para demostrar que se trataba de una decisión fraudulenta plagada de irregularidades.
El Wall Street Journal lo resume muy bien: “Donziger y su equipo fabricaron pruebas, prometieron 500,000 dólares a un juez ecuatoriano para que fallara a su favor, escribieron gran parte del veredicto final del caso y tomaron otras medidas que ‘pervirtieron’ el curso de la justicia”.
Durante el juicio contra Steven Donziger y sus socios en una Corte de Nueva York, se demostró que aparte de escribirle la sentencia al juez ecuatoriano, los abogados de los demandantes buscaban lucrarse del fraude al punto en que abrieron cuentas secretas en paraísos fiscales para cobrar la demanda.
Ante esta situación el juez Lewis Kaplan de Nueva York determinó que la sentencia de ecuador era fraudulenta, y le prohibió a Donziger y sus socios intentar lucrarse de la misma.
Pese a esto, Donziger, descubierto en su fraude, intentó seguir lucrándose. De hecho, Karen Hinton, antigua asesora del exgobernador Andew Cuomo, y hasta Roger Waters de Pink Floyd, han hecho parte de la campaña de Donziger ocultando que, a cambio del apoyo, tienen una participación en la fraudulenta sentencia ecuatoriana.
Un artículo del National Review, apunta que los documentos presentados ante la corte americana demuestran que “George R. Waters” tiene dos diferentes participaciones de capital en el caso, una de 0.076 % y otra de 0.025 %, mediante “Fenwick”, presuntamente la compañía de Mark Fenwick, el gerente de Roger y heredero de la cadena de tiendas por departamento Fenwick en Reino Unido.
Por todo esto y por seguir intentando lucrarse, Donziger fue inhabilitado para ejercer, se le ordenó pagar a Chevron $3.4 millones y se le puso bajo arresto domiciliario.
Hoy 4 de marzo, y tras 8 años de haberse descubierto la verdadera cara y culpabilidad del abogado, Donziger aún sigue usando a los medios de izquierda mientras continúa intentando recaudar fondos a costa de su victimización y de usar a unas comunidades indígenas que ya lo han declarado como persona non grata.
El artículo original en inglés puede ser visto aquí
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