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Los medios de comunicación izquierdistas acuden en ayuda del mayor confabulador de la historia

Los medios de comunicación aún adoran a Steven Donziger, especialmente ahora que está hundido en un merecido conflicto con la justicia: Las huestes de los medios de comunicación se están movilizando para #FreeSteven (Liberen a Steven), así como para que le retiren su grillete electrónico.

The National Review - Jack Fowler 19/04/2021

¿Han oído hablar del gran lloriqueo? Está en marcha, es virtual y se ha organizado en honor al mismísimo Steven Donziger, el confabulador por excelencia y abogado inhabilitado que estuvo a punto de lograr el fraude legal del siglo.

¿Les puedo refrescar la memoria? Este fue un fraude épico en el que un activista “abogado verde”, utilizó las cortes de Ecuador para estafar a Chevron por 18.000 millones de dólares. Sí, miles de millones. Es algo digno de celebrarse, ¿no?

Esa trama podría haber funcionado (y lo hizo) en la corrupta ciudad de Quito. Sin embargo, al norte de la línea ecuatorial, en las cortes de Estados Unidos, la administración de justicia finalmente se impuso a un abogado que se dedica a buscar protagonismo, a pesar de haber sido defendido por una prensa que lo adoraba. (Donziger fue aclamado por ‘60 Minutes’. Incluso, conservadores como Phelim McAleer y Jonathan Leaf montaron una “producción teatral que seguía textualmente” su artimaña, utilizando como diálogo el juicio y las transcripciones de las declaraciones juradas del caso Donziger vs. Chevron Corp.)

Los medios de comunicación aún adoran a Donziger, especialmente ahora que está hundido en un merecido conflicto con la justicia: Las huestes de los medios de comunicación se están movilizando para #FreeSteven (Liberen a Steven), así como para que le retiren su grillete electrónico.

Liberen a Steven . . . ¿de qué? 

Un recordatorio antes de arruinar la fiesta: hace diez años, valiéndose de sobornos y documentos falsos y otras cosas que calzan perfectamente en la categoría de “conspiración”, Donziger obtuvo una enorme sentencia multimillonaria contra Chevron en Ecuador. Los argumentos en los que se basó dicha sentencia fueron que Texaco, el antecesor del gigante petrolero, no había remediado los campos petroleros y áreas aledañas luego de haber finalizado sus trabajos de producción de petróleo a inicios de los años 90, a pesar de que funcionarios ecuatorianos habían firmado que los trabajos de limpieza se habían realizado y concluido satisfactoriamente.

 Chevron se negó a pagar, alegando que la astronómica sentencia fue comprada y pagada, y se defendió, mientras Donziger y sus (ahora arrepentidos) financistas (por desgracia, el pobre Patton Boggs) buscaban otras vías legales para reclamar su pago.  

Entonces llegó la avalancha de pruebas: Las tomas no utilizadas del documental Crudo, que se filmó sobre el caso, proporcionaron una asombrosa cantidad de pruebas sobre las estafas e intrigas de Donziger.  

La batalla entonces se trasladó a una corte federal de Nueva York, esta vez con Chevron al ataque. Apareció entonces un elenco de personajes venidos del Ecuador y se descosieron las tripas: un soborno por aquí, otro por allá, sobornos por todos lados. Al final del juicio, el juez que presidía el caso —Lewis Kaplan— quien había sido nombrado por Clinton y es muy versado en casos y operaciones de la Cosa Nostra, no pudo evitar notar las coincidencias. El juez dejó caer una avalancha de 485 páginas sobre Donziger, evidenciando una desenfrenada trama de fraude, extorsión y asociación ilícita:  

Tras examinar todas las pruebas, incluida la credibilidad de los testigos -aunque varios de los más importantes se negaron a declarar-, la Corte considera que Donziger empezó su participación en esta controversia con el deseo de mejorar las condiciones de vida en el área en la que habitan sus clientes ecuatorianos. Sin duda, también buscaba beneficiarse mientras hacía el bien a los demás, y eso no tenía nada de malo. Sin embargo, al final, tanto él como los abogados ecuatorianos que lideraba corrompieron el caso de Lago Agrio. Presentaron evidencias fraudulentas. Coaccionaron a un juez, primero para que utilizara a un "perito global" -supuestamente imparcial- quien fuera designado por la corte para realizar una evaluación general de los daños y, luego, para que designara para esa importante función a una persona que Donziger eligió a dedo y a quien le pagó para que "jugara del lado" de los demandantes de Lago Agrio. Además, pagaron a una firma consultora de Colorado para que redactara clandestinamente todo o la mayor parte del informe del perito, el cual presentaron falsamente como el resultado del trabajo del perito supuestamente imparcial nominado por la corte.  Además, contaron verdades a medias o cosas aún peores a la justicia estadounidense, en un intento por impedir que se descubrieran estas y otras fechorías. En definitiva, el equipo de abogados de los demandantes redactó la sentencia emitida por la Corte de Lago Agrio y prometió un pago de 500.000 dólares al juez ecuatoriano para que sentenciara a su favor y firmara la mencionada sentencia. Si alguna vez existió un caso que justificara una reparación equitativa con respecto a una sentencia obtenida mediante fraude, es éste.”

 

¨Luego  de  apreciar  todas  las  pruebas,  incluida  la  credibilidad  de  los  testigos –si  bien varios de los más importantes se negaron a testificar–el Tribunal concluye que Donziger comenzó su participación en esta controversia con un deseo de mejorar las condiciones en la zona en la que viven sus clientes ecuatorianos. Sin duda, también trató de hacer el bien para sí mismo a la vez que hacía el bien a los demás, pero eso no tuvo nada de malo. Sin embargo, finalmente él y los abogados ecuatorianos que lideraba corrompieron el juicio de Lago Agrio. Presentaron pruebas falsas. Presionaron a un juez, primero para utilizar un “perito global” designado por el juez y supuestamente imparcial a fin de realizar una evaluación total de daños y después para designar en tan importante papel a un hombre elegido a dedo por Donziger y a quien le habían pagado para que “jugar[a] completamente” con los DLA. Luego, le pagaron a una consultora de Colorado para que secretamente redactara la totalidad o la mayor parte del informe del perito global, presentaron falsamente el informe como el trabajo del perito designado por el juez y supuestamente imparcial, y afirmaron verdades a medias o peores a los tribunales de los Estados Unidos para tratar de evitar la exposición de ese y otros ilícitos. Finalmente, el equipo de los DLA redactó la Sentencia de Lago Agrio y prometió US$500.000 al juez ecuatoriano para que fallara a favor de ellos y firmara la sentencia de ellos. Si alguna vez existió un caso que justifique el otorgamiento de la protección judicial derivada del régimen de EQUITY (equitable relief) con respecto a una sentencia obtenida mediante fraude, es este.”

 

Kaplan además ordenó a Donziger pagar a Chevron las costas legales y a entregar sus dispositivos electrónicos para que fueran investigados. La estrella de Crudo se negó hacerlo.  

Esto se llama desacato, y cuando los fiscales federales locales se negaron a actuar, Kaplan, empleando una norma poco conocida y rara vez utilizada, nombró a un abogado privado para que llevara el caso. El abogado Donziger — quien pronto será inhabilitado por sus picardías— recibió la orden de permanecer bajo arresto domiciliario en su apartamento de Nueva York.

 Y así nació el caso Estados Unidos vs. Donziger, que está en espera de ser juzgado.

La espera ahora se acerca a los dos años, con retrasos y reprogramaciones por diversos motivos: los abogados de Donziger se rehusaron a viajar a Nueva York durante la pandemia; un abogado principal (quien eventualmente demandó a Donziger por su negativa a pagar sus honorarios) se retiró como su abogado; y los juicios por Zoom fueron desechados. Como si no hubiera habido suficiente teatralidad, el infame Ron Kuby, alumno del siniestro William Kunstler, se ha hecho cargo de la defensa de Donziger.  

Se ha fijado la fecha del juicio para el 10 de mayo. Las probabilidades de que esto efectivamente ocurra son bajas. No es la primera vez que se fija una fecha para el juicio, y tal como se han desarrollado las cosas, puede que no sea la última, lo que solo hará que se prolongue la fiesta de la compasión, algo que concuerda con las más perspicaces mañas de Steven Donziger (además de orquestar conspiraciones en el Ecuador): obtener la atención de los medios de comunicación. Tal y como escribió el juez Kaplan en su sentencia del 2014:

Donziger es inteligente, ingenioso y un verdadero maestro en relaciones públicas y con los medios. Una amplia campaña de relaciones públicas y con los medios ha formado parte de su estrategia desde los primeros días, y· continúa hoy día. Entre sus objetivos se ·cuenta el desviar la atención  del  fraude  cometido  contra Chevron y la  corte  de  Lago  Agrio al daño ambiental que Donziger y los DLA alegan que se cometió en el Oriente. De hecho, ese fue uno de los focos principales del caso de los demandados en la etapa del juicio (tria! NdT4) y ·de sus o escritos presentados después de la etapa del juicio (post tria!). Pero no debemos distraemos de las cuestiones efectiva mente planteadas en esta causa. [énfasis en el original]

Ahora bien, distraer la atención -del chantaje, fraude, soborno, y la avaricia (los honorarios de los abogados en la sentencia de la corte ecuatoriana habrían resultado ser históricos)- es el verdadero objetivo, y Donziger cuenta con muchas importantes publicaciones de izquierda que participan en su fiesta para ofrecer abundantes y apasionados relatos sobre él como un individuo terriblemente castigado.

¿Quiénes están entre los fiesteros?: EsquireThe GuardianThe NationSalonMother Jones, y otros habituales actores que están a la orden del día, haciendo hincapié de la situación del mártir en ciernes. Su arresto domiciliario (que ya ha superado los 600 días) es una señal de persecución.

 ¿Han leído The Nation? “The Ongoing Persecution of Steven Donziger” (La persecución de Donziger) capta y reproduce a la perfección cada nota –el prolongado arresto domiciliario, solo por un mísero delito menor-, de la partitura que circula ampliamente en los medios de izquierda. (No es de extrañar que no haya ningún verso sobre por qué Donziger está en problemas). Así comienza el relato de The Nation:

El 28 de marzo, el abogado ambientalista Steven Donziger pasó su 600º día de arresto domiciliario en su apartamento de Nueva York - y Martin Garbus, el legendario abogado que hace parte de su defensa, advierte que su cliente, insólitamente, podría terminar  confinado por  cinco años. Donziger afirma que Chevron lo está persiguiendo con la ayuda de dos jueces federales, dado que en 2013 él ayudó a obtener una sentencia en Ecuador por  $9.500 millones contra el gigante petrolero, por  contaminar una zona de la selva tropical amazónica.

El 29 de marzo, la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito en EE.UU., rechazó la moción de Donziger quien pidió ser liberado bajo fianza mientras esperaba el juicio por desacato. A principios de mes, los abogados de Donziger argumentaron ante la corte que no existía riesgo alguno de fuga; no obstante, el panel de tres jueces rechazó su alegato y obligó a Donziger a permanecer en su casa, monitoreado por un grillete electrónico. El juicio por desacato contra Donziger a celebrarse ante la jueza federal Loretta Preska, está programado para iniciar el 10 de mayo.

¿Qué más podría querer un hombre, cuya desfachatez hasta haría avergonzar a Ponzi, que una tropa de revistas progresistas que acuden rescatar su imagen?

Más quejas por la persecución aparecen en Salon:

La persecución del abogado Steven Donziger es una cruda muestra de lo que ocurre cuando nos enfrentamos a los verdaderos centros de poder, encubierta e inadvertida por la cantaleta divisionista de la Casa Blanca de Trump o por las babosadas sentimentales del Partido Demócrata. Aquellos que, como Donziger, denuncian y luchan contra el control corporativo de nuestra sociedad en nombre de los vulnerables, ven cómo la Justicia, la prensa y las instituciones de gobierno se unen para crucificarlos.

“Ha sido una larga lucha de 27 años”, dijo Donziger cuando me comuniqué con él por teléfono a su departamento en Manhattan.

Donziger, quien ha luchado contra las contaminantes petroleras estadounidenses  por casi tres décadas en nombre de las comunidades indígenas y campesinas de Ecuador, lleva un año bajo arresto domiciliario en Manhattan. El 9 de septiembre irá a juicio ante una corte federal de Nueva York por cargos de desacato, lo que podría suponerle una sentencia de seis meses de cárcel. Desde que en 2011 ganó una sentencia multimillonaria contra el gigante petrolero Chevron, la multinacional le ha perseguido a título personal a través de litigios que amenazan con destruirlo económica, profesional y personalmente.

Siguiendo con el tema y el mensaje del día, Counterpunch comienza su artículo, “The Judicial Persecution of Steven Donziger” (La persecución judicial contra Steven Donziger), con una gran dosis de descaro:

Para algunos, llámense ingenuos de la justicia penal, puede ser difícil creer que esto esté ocurriendo en Estados Unidos y que nuestro afamado poder judicial haya caído tan bajo. Pero en Estados Unidos, un juez actúa como juez y jurado en nombre de una gigantesca empresa petrolera, Chevron, mientras acaba con la vida y la carrera del abogado de derechos humanos Steven Donziger. ¿Cuál es su crimen? Haberse atrevido a ganar una sentencia contra Chevron en una corte ecuatoriana. Para los menos entusiastas respecto del sistema judicial estadounidense, esto no es una sorpresa. Pero es lo que de hecho ha ocurrido. Esta parodia judicial está siendo celebrada en el estado de Nueva York. Y los jueces amigos de Chevron -en primer lugar, Lewis A. Kaplan y su  jueza designada a dedo Loretta Preska, y ahora la Corte de Apelaciones de Estados Unidos para el Segundo Circuito en su opinión emitida en marzo-, siguen sentenciando a favor de la compañía mientras enjaulan a Donziger con arresto domiciliario.  Seiscientos días y seguimos contando.

El fiscal federal de Nueva York se abstuvo de procesar este caso, el que según Donziger está basado en mentiras. Así que, en una maniobra sorprendente, Kaplan nombró a los abogados de Chevron.  No habrá jurado.  Sin lugar a duda, la jueza Preska encontrará a Donziger culpable de un delito menor que conlleva una pena máxima de 90 días, aunque él ya ha pasado más de 600 días bajo arresto domiciliario.  El mensaje a la comunidad jurídica es claro: no te metas con una empresa de combustibles fósiles, porque si lo haces, ésta encontrará a un juez que la favorezca y te destruirán.

Si esto suena como una variante de la manera en que The Guardian inició su pobre y lamentable artículo sobre Steve— “The Lawyer Who Took On Chevron — and Now Marks His 600th Day under House Arrest” (El abogado que enfrentó a Chevron y ahora cumple 600 días bajo arresto domiciliario)— es porque así es:

Muchos de nosotros hemos sentido la presión de un aislamiento claustrofóbico durante este año pasado, pero el abogado Steven Donziger se ha visto sometido a un confinamiento extremo y muy personal mientras la pandemia llegaba y se propagaba con furia a su alrededor en Nueva York. 

El domingo pasado Donziger cumplió 600 días de un arresto domiciliario sin precedentes,  confinamiento que ha resultado de una extensa y kafkiana batalla legal contra el gigante petrolero Chevron. Donziger encabezó una larga cruzada contra la empresa a nombre de decenas de miles de indígenas de la selva tropical amazónica cuyos hogares y salud fueron devastados por la contaminación petrolera, sólo para convertirse, como él mismo lo describe, en víctima de un " ataque orquestado por una corporación para destruir mi vida".

A partir de agosto de 2019, Donziger se ha visto confinado en su elegante departamento en Manhattan y por mandato judicial obligado a usar un burdo grillete electrónico al que él llama “la garra negra”, sujeto a su tobillo izquierdo. No puede ni siquiera aventurarse a salir al pasillo o a recoger su correo. Las salidas excepcionales para citas médicas o eventos escolares importantes de su hijo de 14 años requieren de un permiso con días de antelación. Una bicicleta estática se encuentra junto a la puerta principal como alternativa al ejercicio físico.

“No es comparable con lo que se vive en una cuarentena puesto que ni siquiera puedo salir para una caminata.  Si mi hijo está enfermo no puedo ir hasta la farmacia a comprar las medicinas que necesita”, dijo Donziger.  “Nunca antes entendí el valor de la libertad hasta que fui puesto en esta situación”.

¡Escuchen¡ ¿Sabían que Steven Donziger no puede salir? ¿Y que además ha sido acosado? Bueno, si no lo sabían, la publicación Esquire está decidida a hacer que te enteres, titulando la entrevista massive under-house-arrest interview (entrevista sobre un arresto domiciliario de enormes proporciones), como "He sido blanco del que probablemente sea el contraataque corporativo más despiadado de la historia de Estados Unidos".

Aún hay mucho más que decir sobre la férrea defensa y parcialidad en este caso.  ¿Todavía pueden soportar otro titular?  En diciembre, Dan Abrams’s Law & Crime publicó un melodrama bajo el título “Steven Donziger, After Winning $9B Judgment Against Chevron, Has Been Under House Arrest for 500 Days Awaiting a Misdemeanor Trial.” ("Steven Donziger, tras ganar una sentencia de 9.000 millones de dólares contra Chevron, lleva 500 días bajo arresto domiciliario a la espera de un juicio por delitos menores"). Y en The Intercept, una amenaza— “Law Students Denounce Chevron’s Law Firm Over Steven Donziger Case” ("Estudiantes de Derecho denuncian al estudio jurídico de Chevron por el caso de Steven Donziger") — encierra una promesa de un “contragolpe”.

¿Qué sensiblería prefieres? Ésta (también publicada por The Intercept) es una de las mejores de las innumerables historias sobre el conspirador confinado, un conmovedor relato  que comenzó así:

El pasado mes de agosto, durante el segundo año más caluroso del que se tiene registro, mientras los incendios en la selva amazónica causaban estragos, la capa de hielo de Groenlandia se derretía y Greta Thunberg era recibida por multitudes que la adoraban en Estados Unidos, ocurría algo más de gran relevancia para el movimiento contra el cambio climático: Un abogado que lleva más de una década luchando contra Chevron por la destrucción del medio ambiente en Sur América  fue puesto bajo arresto domiciliario.

Pocos medios de comunicación cubrieron la detención de Steven Donziger, quien en el Ecuador ganó una multimillonaria sentencia contra Chevron por la galopante contaminación en la región de Lago Agrio y quien ha estado luchando a favor de los indígenas y campesinos de la zona por más de 25 años. Es así que el 6 de agosto, Donziger salió de una sala de justicia del Bajo Manhattan sin ser visto y abordó el tren 1 para volver a casa con un dispositivo de vigilancia electrónica recién colocado en su tobillo. Salvo alguna reunión ocasional con su abogado u otra cita autorizada por el tribunal, ha permanecido allí desde entonces.

"Soy como un prisionero político corporativo", me dijo Donziger cuando nos sentamos recientemente en la sala de su casa. El abogado, -que mide 1,80 metros, es canoso y a menudo lo confundían con el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, cuando podía  pasear por las calles de la ciudad-, durante mis dos visitas al apartamento que comparte con su mujer y su hijo de 13 años, se mostró sorprendentemente estoico y resignado con respecto a su situación. Pero este miércoles en particular, mientras la luz del sol invernal en su sala de estar se atenuaba y el cargador de la batería de su tobillera de repuesto parpadeaba en un estante cercano, su optimismo sobre su épica batalla contra una de las mayores compañías petroleras del mundo parecía flaquear. "Están intentando destruirme por completo".

Hablando de proyección. Y hablando de una fiesta, ¡qué fiesta! ¿Quién sabe cuándo terminará? ¡Y qué hay con respecto a los asistentes! Sólo los mejores.

Oye, quizá si algún día intentas robarle miles de millones a una empresa, entonces también escribirán artículos elogiosos sobre ti. 

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