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Ecuador enfrenta a dibujante por caricatura “discriminatoria”

PanAmPost - Rebeca Morla 11/02/2015

Fuente: PanAmPost

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El caricaturista ecuatoriano Xavier Bonilla, conocido como Bonil, está una vez más en la mira del Gobierno por uno de sus dibujos. Este lunes, 9 de febrero, el artista asistió a una audiencia celebrada por la Superintendencia de Información y Comunicación (Supercom) de Ecuador sobre una denuncia por “discriminación socioeconómica” que existe en su contra.

Bonilla, quien está nominado por las artes al premio Libertad de Expresión de la organización Index on Censorship, se presentó junto con sus abogados, Ramiro García y Lenin Hurtado. La defensa afirmó que el Gobierno violó la garantía del @@debido proceso@@ del artista al negarle acceso a su cliente a la información y ocultarle el contenido de la denuncia.

Los representantes de Supercom replicaron sosteniendo que la audiencia fue programada para simplemente “escuchar a las partes” y no emitir un veredicto.

Una caricatura, primero “racista”, luego “discriminatoria”

En octubre de 2014, unas 14 organizaciones sociales presentaron una demanda contra Bonil y el diario local El Universo. La disputa surgió por una caricatura basada en el integrante de la Asamblea Nacional Agustín “Tin” Delegado, un exjugador de la selección ecuatoriana de fútbol, legislador, y miembro de la oficialista Alianza PAIS.

El dibujo de Bonil —publicado en agosto en El Universo— hace referencia a un discurso de Delegado ante la Asamblea Nacional, en el cual el diputado tartamudeó con frecuencia. De acuerdo a los denunciantes, la caricatura (que aparece más abajo) viola los artículos 61 y 61 de la Ley de Comunicaciones ecuatoriana, que prohíben la difusión de “mensajes discriminatorios”.

Unos días después de la publicación del dibujo, El Universo y Bonil se disculparon con el legislador. Sin embargo, el Gobierno central transmitió un video a todo el país en el que la ilustración fue descrita como “un insulto a la dignidad humana”.

Pero Delgado continuó con sus quejas por la caricatura a través de su cuenta de Twitter. Bonil se volvió a disculpar diciendo que “si la expresión de una disculpa pública contribuye a borrar la sensación de irrespeto que ha sentido usted (…) yo aquí le expresó esa disculpa (…) con sincera convicción”.

La Supercom consideró que la demanda era válida y convocó al caricaturista a presentarse en 16 de enero bajo el cargo de racismo. Sin embargo, el 9 de enero —dos días después del ataque contra Charlie Hebdo— reprogramaron la audiencia y la acusación fue modificada a “discriminación socioeconómica”.

La colección de caricaturas censuradas en Ecuador

Esta no es la primera vez que Bonil debe enfrentar una denuncia por su obra. El año pasado, el dibujante fue sancionado luego de publicar una ilustración relacionada con el allanamiento en la casa de Fernando Villavicencio. El exsindicalista petrolero y asesor legislativo estaba siendo investigado en ese momento acusado de haber hackeado cuentas de correo electrónico de altos funcionarios del Gobierno.

En aquella ocasión, El Universo abonó una multa equivalente al 2% de su facturación promedio, mientras que Bonil fue obligado a “rectificar” su caricatura dentro de las 72 horas.

#YoSoyBonil

Los seguidores de Bonil defendieron se hicieron escuchar en las redes sociales a través de los hashtags #YoSoyBonil y #MiLápizEsLibre.

Durante la audiencia, varios de los asistentes sostenían carteles y vestían camisas con consignas en apoyo a Bonil. Varias organizaciones no gubernamentales internacionales también mostrarn su solidaridad y respaldo al dibujante.

Carlos Ponce, director de Programas Latinoamericanos de Freedom House, señaló que “esta nueva acción de censura contra Bonil es una más dentro del plan sistemático de Rafael Correa por controlar la prensa en el país”.

Además, agregó que, desde 2008, Correa ha utilizado varios métodos “para castigar a periodistas y medios cuyas opiniones no coinciden con las del Gobierno”.

“Freedom House reitera su profundo rechazo de dichos métodos y exige que el gobierno respete la libertad de expresión como un derecho fundamental”, afirma el comunicado.

Victoria Ramírez, vicepresidente de EsLibertad en Ecuador, compartió su opinión sobre el caso con el PanAm Post. 

“Sancionar a un caricaturista es igual que callar a un ciudadano. Es evitar que un individuo exprese sus opiniones de manera pacífica”, dijo Ramírez.

“Cualquier tipo de censura, tanto impuesta de manera coercitiva o autoimpuesta por miedo a represalias, debe ser denunciada, ya que es un claro atentado contra la libertad de expresión”, advirtió.

La dirigente reafirmó el respaldo a Bonil “por levantarse con valentía ante las acusaciones en su contra, por no dejar que su lápiz tiemble en ningún momento, y por recordarnos que hasta en los momentos más difíciles, el buen humor puede convertirse en nuestro mejor aliado”.

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